Todo comenzó cuando Magdalena Silva, una vecina de la ciudad, fue al Cementerio Municipal y se encontró con que los restos de su hijo de 10 años habían sido trasladados a una fosa común.

“Empiezo a buscar la tumba de mi hijo, en el sector donde siempre venía, y no la encontré. Pensé que me había perdido en el lugar. Y cuando de repente, miro al costado y veo su sepultura que estaba toda armada con su foto, con una capillita con sus juguetes, el cantero, el florerito, estaba todo tirado” expresó compungida Magdalena en diálogo con Noticias 10.

Desde el municipio informaron que, por una presunta deuda por falta de pago, derivaron los restos del infante al osario. 

Sin embargo, la familia nunca fue notificada de este hecho y ahora exigen un ADN para poder identificarlo.