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La obesidad por malos hábitos afecta a 1 de cada 4 personas: la importancia de prevenir desde la infancia

La obesidad se ha convertido en una preocupante epidemia en la sociedad actual, afectando a 1 de cada 4 personas según las estadísticas oficiales. Sin embargo, expertos advierten que esta cifra podría incrementarse en los próximos años debido al aumento significativo de la obesidad infantil

Según el Dr. Gustavo Frechtel, Jefe de Nutrición del Hospital de Clínicas de la UBA, la obesidad puede desencadenar una serie de patologías adicionales, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, hígado graso, cáncer y el riesgo de accidentes cerebrovasculares e hipertensión. El especialista destaca que la obesidad tiene un componente genético del 50%, y el resto está relacionado con factores ambientales, como los malos hábitos alimenticios y la falta de actividad física.

Es por eso que resulta fundamental abordar esta problemática desde temprana edad, enfocando los esfuerzos en la prevención y la promoción de hábitos saludables. Llevar una alimentación adecuada y mantener una rutina de actividad física regular son clave para evitar la obesidad y sus complicaciones. Frechtel enfatiza que los cambios en el estilo de vida son fundamentales para combatir esta enfermedad, adaptando una alimentación equilibrada a las preferencias y necesidades de cada individuo, así como prescribir la actividad física de forma personalizada según las características de cada persona.

La obesidad infantil se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los expertos, ya que sentar las bases de una vida saludable desde la infancia es crucial. Promover una adecuada alimentación desde los primeros años de vida y fomentar la práctica de ejercicio diario son medidas fundamentales para evitar la aparición de la obesidad y garantizar un desarrollo sano tanto físico como emocional.

El ministerio de Salud de Río Negro se adhiere a esta semana donde se promueve la concientización por el «Día Mundial de la Obesidad», celebrado el día de ayer, y brinda algunas recomendaciones:

  • Es muy importante la elección de los alimentos seleccionados, pues gracias a ella es que se puede controlar y prevenir el exceso de peso. Aumentar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Incorporando las diferentes variedades de cada uno de ellos.
  • Reducir la ingesta de grasas, azúcares y sodio, reduciendo el consumo de productos comerciales ultraprocesados y que su consumo sea una eventualidad.
  • Comer varias veces al día fruta y verdura, así como legumbres, cereales integrales y frutos secos.
  • Elegir agua para hidratarse.

Desde el aspecto de actividad física

La actividad física juega un papel crucial en la prevención y manejo del sobrepeso y la obesidad, porque incrementa el gasto de energía que puede conducir a la pérdida de peso cuando se combina con una alimentación adecuada. También ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina y a regular el metabolismo de la glucosa y las grasas.

Sumando minutos de movimiento además, también se suman beneficios para la salud más allá de la pérdida de peso, ya que la actividad física regular mejora la salud cardiovascular, la fuerza muscular, la flexibilidad, el equilibrio y la salud mental, independientemente de los cambios en el peso corporal.

Se recomienda seguir las directrices generales de actividad física para adultos, ajustando la intensidad y duración según las capacidades y limitaciones individuales. Iniciar con actividad de baja intensidad y aumentar gradualmente puede ser una estrategia efectiva. Es importante buscar orientación profesional para diseñar un programa de actividad física que sea seguro y efectivo.

La elección del tipo de actividad física y su duración debe enfocarse en la seguridad, la sostenibilidad y la efectividad para promover la pérdida de peso y mejorar la salud general.

Las actividades aeróbicas de baja a moderada intensidad como caminar, nadar, andar en bicicleta y clases de gimnasia en agua son excelentes opciones. Estas actividades son menos impactantes en las articulaciones y pueden realizarse durante períodos más largos.

No debemos olvidar la importancia del entrenamiento de fuerza realizando levantamiento de cargas ligeras a moderadas o ejercicios con el propio peso corporal dos o más días a la semana.

También es muy útil incorporar actividades de flexibilidad y equilibrio como yoga y pilates, ya que estos pueden mejorar la flexibilidad, el equilibrio y la fuerza del núcleo, además de ofrecer beneficios para la salud mental.

En cuanto a la duración del estímulo debería tenerse en cuenta que para aquellos que son nuevos en la actividad física o tienen un nivel de condición física bajo, comenzar con sesiones cortas (10-15 minutos) y aumentar gradualmente la duración puede ser un enfoque efectivo.

El objetivo a futuro debería ser poder cumplir la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de acumular al menos entre 2 a 5 horas de actividad física de intensidad moderada, o de 1 a 3 horas de actividad física de intensidad vigorosa, o una combinación equivalente de ambas a lo largo de la semana para adultos, incluidos aquellos con sobrepeso u obesidad.


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