El Corredor Productivo Rionegrino, una iniciativa que apunta a promover la producción y comercialización de alimentos saludables a bajos precios en la provincia de Río Negro, se ha manifestado enérgicamente en contra del cierre del Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesina e Indígena (INAFCI) anunciado por el gobierno de Javier Milei.

Esta decisión implica el despido de aproximadamente 900 profesionales, técnicos y administrativos, así como el cese de los programas de asistencia técnica que beneficiaban a miles de productores, cooperativas y grupos asociativos de todo el país.
Según Jaime Arce, coordinador del Corredor Productivo, esta medida del gobierno representa un gran obstáculo para aquellos que se dedican a producir alimentos para los argentinos. Al retirarse el apoyo y la asistencia, se les quita la oportunidad de desarrollar su trabajo y mantener una tradición que se ha transmitido de generación en generación. Los pequeños productores se ven obligados a quedarse en el campo para producir, pero estas medidas los conducen directamente a la pobreza, dejándolos sin oportunidades.

El Corredor Productivo Rionegrino ha sido un ejemplo de política de Estado que ha brindado oportunidades a numerosos productores y familias que dependen de la agricultura familiar. Estos productores nunca han buscado depender de subsidios del Estado, sino aprovechar la oportunidad de crecer y vivir dignamente de su actividad. Su labor ha permitido que lleguen alimentos sanos a la mesa de los argentinos y ha generado empleo en un momento en que los precios están aumentando y se está enfrentando una crisis alimentaria.

Arce expresó un profundo dolor por «el desdén con que el gobierno nacional de Milei desarticula una a una las herramientas de nuestros productores de la agricultura familiar. Nos duele y nos avergüenza. La Argentina, país privilegiado por sus tierras, sus climas, su distancia al mar, sus bosques, sus lagos, sus ríos, y la capacidad de nuestro pueblo de producir alimentos,  está pasando a ser el país más caro del mundo y el de más difícil acceso a los alimentos».

El cierre del INAFCI no solo afecta a los productores de Río Negro, sino a una gran cantidad de pequeños productores de todo el país que estaban contribuyendo a abaratar los productos agropecuarios e incluso añadir valor a través de pautas de calidad agroalimentaria.

«El cierre del instituto desconoce la ley, y sobre todo el derecho adquirido por las familias productoras. Se trata de  medidas regresivas, que dejan a nuestro pueblo desguarnecido. Pero además esquilman los bolsillos de los trabajadores y trabajadoras,  para con ese «ajuste» llenar los negocios financieros  de unos pocos, que si tienen libertad para cobrar lo que quieren, pero también para ahogar con salarios de mísera al pueblo trabajador” señaló Arce según informó Todo Noticias Roca.

El Corredor Productivo Rionegrino ha logrado, a través de sus espacios de comercialización, conectar a pequeños productores, agricultores familiares y trabajadores de la economía popular, con el objetivo de producir y comercializar alimentos saludables a precios accesibles en la provincia de Río Negro. Han llevado sus ferias itinerantes a diferentes localidades de la provincia, incluyendo a Roca y extendiendo su impacto más allá de la provincia de Chubut.