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precios altos y nueva reglamentación

Conseguir productos sin gluten puede ser una odisea para los celíacos de la ciudad. Con la aprobación de la nueva ordenanza se abre un abanico de posibilidades que pretenden dar respuesta a las implicancias de esta enfermedad. 

La celiaquía es la intolerancia al gluten, un conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y en productos derivados de estos cereales.

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El objetivo de la ordenanza es facilitar la habilitación de locales comerciales que específicos que produzcan alimentos o productos sin gluten y así, brindar mayores posibilidades a la comunidad celíaca para conseguir productos a precios más amigables y con la garantía que fueron realizados bajo estrictos protocolos y normativas.

La ordenanza regula la fabricación, venta y exhibición de productos aptos para celíacos, teniendo en cuenta el impacto económico que conlleva en todas sus etapas. 

La normativa se aprobó durante la última sesión extraordinaria del Concejo deliberante del mes de diciembre, de manera unánime. “Ahora buscamos darle difusión para que más gente se anime y pueda ayudar a abrir más locales. No van a pagar tasas municipales ni de comercio”, detalló uno de los impulsores de la idea, y concejal de la ciudad, Gabriel Arto, de acuerdo a lo establecido en el artículo 3.

También contempla la eximición del pago al 100% de tasas a todos aquellos establecimientos que fabriquen o comercialicen en forma única y exclusiva productos libres de gluten, y obliga a los supermercados e hipermercados a poner a disposición de las personas con celiaquía cantidad y variedad de productos. El proyecto surgió porque en Roca no había regulaciones sobre el tema, según contó Arto. “Los negocios específicos para gente celíaca tenían más trabas para ponerse en marcha que los negocios comunes. La idea es poder facilitar este proceso y qué mejor que sea de manera económica”, indicó el concejal del bloque Juntos Somos Río Negro.

«Ahora buscamos darle difusión para que más gente se anime y pueda ayudar a abrir más locales».
Gabriel Arto, Concejal JSRN

Entre los puntos más destacados de la norma, se dispuso que en fiestas y eventos que necesiten de habilitación municipal para colocar puestos de comercialización de alimentos, se deberá reservar un 2%, con un mínimo de un punto comercial por evento, exclusivamente para la venta de productos libre de gluten. (Art. 6)

Además, el concejal comentó que “es el primer paso” para mejorar la vida de los celíacos y que marca un precedente para empezar a entender lo que significa esta enfermedad. 

Sobrevivir a los altos costos de la alimentación

Los productos y materias primas libres de gluten se encuentran en dietéticas, con valores más altos, y en supermercados e hipermercados, con valores más accesibles. En el local de “María sin tacc” se consiguen productos elaborados. Las opciones no abundan para la comunidad celíaca, aunque pareciera que de a poco el panorama se modifica.

En el listado del programa nacional de Precios Cuidados agregaron más de 20 productos libres de gluten, que pueden encontrarse en la página web bajo la categoría “Almacén sin tacc”. 

El principal gasto es la harina o premezcla que ronda los $400 el kg, a diferencia de la harina de trigo que vale cerca de $60. Las mutuales dan un reintegro de $900 por la compra de estos productos, un monto que no se renueva desde 2018, cuando se incluyó en la ley de celiaquía n° 27.196 en base a datos del Indec.

“La premezcla no dura nada porque la uso para todo, si no tengo no puedo cocinar: es la base de las preparaciones. Un pan lleva medio kg o 1kg de premezcla y me dura como mucho 5 días”, contó Agustina Poblete, una vecina celíaca roquense. La joven agregó que las harinas -fécula de maíz, fécula de mandioca y harina de arroz- se pueden comprar por separado y hacer una premezcla propia, pero los gastos terminan siendo iguales o mayores.

“Cada vez que voy a la dietética gasto cerca de $4000”, contó Agustina; un monto que llega a triplicarse en el mes. Esos $900 de reintegro sólo cubre las harinas para el pan de 10 días. “Donde hay un celíaco, toda una familia come sin tacc. ¿Sabés lo que es abrir la heladera y no poder comer nada?”, lanzó la joven respecto a la dificultad de mantener la alimentación sin gluten, tanto en lo económico como en lo relativo a la salud.

Además, relató que no se consiguen todas las cosas en un solo lugar y que es “una odisea” salir a comprar. La ventaja de los supermercados es que todos los productos envasados para celíacos tienen el sello Sin tacc: “si desconfias podes consultar en el listado de Anmat”, añadió. 

De la misma forma contó el peligro de comprar productos artesanales, ya que muchas veces los emprendimientos dicen que son libres de gluten, pero no tienen ningún tipo de sello y entonces no se puede comprobar. “Lo mismo sucede si vas a una confitería o bar y te dicen que algo es sin tacc pero no sabes realmente cómo fue elaborado, ni si usaron todos insumos libres de gluten”.

“Es muy fácil enfermar a un celíaco. Una sola miga te puede arruinar el sistema inmune”, declaró la joven.

“María sin tacc”: cómo funciona el único local libre de gluten en la ciudad.

María es la encargada del negocio familiar que abrió sus puertas en febrero de 2020 y por la pandemia tuvo que cerrar a finales de marzo. Ante la imposibilidad de conseguir productos aptos, vio la oportunidad de abrir el local y con esfuerzo de su familia y gente cercana lo pudo concretar. “Surgió como una necesidad propia porque yo también soy celíaca”, contó la mujer.

El negocio es el único habilitado para la producción de alimentos libres de gluten en la comuna. Ubicado en San Martín 1222, funciona de lunes a viernes y ofrece distintas opciones sin gluten, tanto dulces como saladas. Entre los productos de elaboración propia hay panes, pizzas, tartas dulces, alfajores, tortas de cumpleaños. También con motivo de las fiestas, los mostradores se llenaron con budines, pan dulces, torres de panqueques y piononos.

“Abrí el local pensando en poder tener un restaurante a futuro. En un principio cocinaba en casa y después empecé a vender productos sin tacc. También me gustaba la idea de poder participar en eventos y fiestas de la ciudad para ofrecer este tipo de alimentos porque no se encuentran fácil”, manifestó María. 

“Ojalá que cada vez que queramos salir a comer a algún lado podamos tener la certeza de no enfermarnos”, sostuvo la cocinera, quien celebró la nueva ordenanza y agregó que le gustaría que se implemente a la brevedad y “permita nuevos avances para la comunidad celíaca”.

Por: Victoria Martínez Zoni

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