Es que entre enero y abril de este año, la distribuidora EdERSA detectó en diferentes localidades de Río Negro cientos de delitos, muchos de ellos con enormes riesgos para la seguridad pública y de las personas. El fenómeno toma ribetes aún más preocupantes cuando se pasa a cifras: “son unos 8.000.000 de kilovatios robados, algo así como el consumo de una localidad como Allen durante todo un mes”. 

Existen dos fenómenos que generan una honda preocupación: los robos y vandalizaciones sobre instalaciones eléctricas, como de cables y transformadores en media tensión; y las situaciones de hurto o fraude, que son “actos delictivos individuales, de menor envergadura pero que se traducen en potenciales riesgos eléctricos”, explicó el gerente Comercial de la distribuidora, Fernando Salice. 

En el primero de los casos, los delincuentes buscan el cobre para venderlo y obtener ganancias. En el segundo, los usuarios manipulan instalaciones para defraudar a la empresa y no abonar lo que corresponde. Ahí es donde entra en escena el “Plan de Seguridad Eléctrica, Hurto y Fraude” de EdERSA. “En ambas situaciones, ponen en riesgo a otros vecinos, perjudican la calidad del servicio de la zona donde ocurren los delitos y generan un escenario de perjuicio general”, remarcó Salice. 

En los primeros 4 meses del año, EdERSA detectó cientos de hurtos o fraudes en medidores y pilares. Tanto es así, que la estimación del robo de energía asciende a unos 8.000.000 de kilovatios, que es similar al consumo de una localidad como Allen en el mes marzo (uno de los de mayor consumo, por el efecto frutícola), o al de unas 40.000 viviendas rionegrinas en 30 días.  

Otro dato que es elocuente: en los 4 meses señalados de 2023 se registraron fraudes por casi la mitad de lo detectado durante el año anterior, que en total ascendió a los 17.000.000 de kilovatios. “Descubrimos muchos comercios con conexiones directas a la red, viviendas donde se han sacado hasta los medidores, pero lo importante es que con este plan logramos despejar miles de situaciones de riesgo eléctrico”, remarcó Salice. 

En esa sintonía, en lo que va de 2023 se realizaron 36595 inspecciones en pilares de viviendas, comercios e industrias, en localidades como Cipolletti, General Roca, Villa Regina, Choele Choel, Viedma, San Antonio Oeste, Ingeniero Jacobacci, Cinco Saltos, Catriel y El Bolson. “Además de hallar hurtos y fraudes, este plan nos permite normalizar pilares y disminuir riesgos, porque todo el tiempo estamos solucionando situaciones de esta índole”, explicó el gerente. 

El directivo explicó que a la fecha hay tres localidades donde se descubrió casi el 80% de “las anormalidades”: Cinco Saltos, Cipolletti y General Roca.  

El caso de Cinco Saltos es paradigmático porque allí se encontraron entre enero y abril alrededor del 35% de las irregularidades. En Cipolletti, por su parte, la distribuidora estima que se concretaron hurtos equivalentes a más de 2,3 millones de kilovatios, que en comparación significan unos 8 días de consumo en total de esa localidad.  

En Roca “creemos la cifra alcanzó los 2 millones de kilovatios que los usuarios infractores consumieron, pero no abonaron, perjudicando además a sus vecinos”, sentenció Salice. 

Es que entre enero y abril de este año, la distribuidora EdERSA detectó en diferentes localidades de Río Negro cientos de delitos, muchos de ellos con enormes riesgos para la seguridad pública y de las personas. El fenómeno toma ribetes aún más preocupantes cuando se pasa a cifras: “son unos 8.000.000 de kilovatios robados, algo así como el consumo de una localidad como Allen durante todo un mes”. 

Existen dos fenómenos que generan una honda preocupación: los robos y vandalizaciones sobre instalaciones eléctricas, como de cables y transformadores en media tensión; y las situaciones de hurto o fraude, que son “actos delictivos individuales, de menor envergadura pero que se traducen en potenciales riesgos eléctricos”, explicó el gerente Comercial de la distribuidora, Fernando Salice. 

En el primero de los casos, los delincuentes buscan el cobre para venderlo y obtener ganancias. En el segundo, los usuarios manipulan instalaciones para defraudar a la empresa y no abonar lo que corresponde. Ahí es donde entra en escena el “Plan de Seguridad Eléctrica, Hurto y Fraude” de EdERSA. “En ambas situaciones, ponen en riesgo a otros vecinos, perjudican la calidad del servicio de la zona donde ocurren los delitos y generan un escenario de perjuicio general”, remarcó Salice. 

En los primeros 4 meses del año, EdERSA detectó cientos de hurtos o fraudes en medidores y pilares. Tanto es así, que la estimación del robo de energía asciende a unos 8.000.000 de kilovatios, que es similar al consumo de una localidad como Allen en el mes marzo (uno de los de mayor consumo, por el efecto frutícola), o al de unas 40.000 viviendas rionegrinas en 30 días.  

Otro dato que es elocuente: en los 4 meses señalados de 2023 se registraron fraudes por casi la mitad de lo detectado durante el año anterior, que en total ascendió a los 17.000.000 de kilovatios. “Descubrimos muchos comercios con conexiones directas a la red, viviendas donde se han sacado hasta los medidores, pero lo importante es que con este plan logramos despejar miles de situaciones de riesgo eléctrico”, remarcó Salice. 

En esa sintonía, en lo que va de 2023 se realizaron 36595 inspecciones en pilares de viviendas, comercios e industrias, en localidades como Cipolletti, General Roca, Villa Regina, Choele Choel, Viedma, San Antonio Oeste, Ingeniero Jacobacci, Cinco Saltos, Catriel y El Bolson. “Además de hallar hurtos y fraudes, este plan nos permite normalizar pilares y disminuir riesgos, porque todo el tiempo estamos solucionando situaciones de esta índole”, explicó el gerente. 

El directivo explicó que a la fecha hay tres localidades donde se descubrió casi el 80% de “las anormalidades”: Cinco Saltos, Cipolletti y General Roca.  

El caso de Cinco Saltos es paradigmático porque allí se encontraron entre enero y abril alrededor del 35% de las irregularidades. En Cipolletti, por su parte, la distribuidora estima que se concretaron hurtos equivalentes a más de 2,3 millones de kilovatios, que en comparación significan unos 8 días de consumo en total de esa localidad.  

En Roca “creemos la cifra alcanzó los 2 millones de kilovatios que los usuarios infractores consumieron, pero no abonaron, perjudicando además a sus vecinos”, sentenció Salice.