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Alicia, con las manos llenas de arte y de sentido social

Alicia Muñiz de Jarnike (74) es autodidacta de un oficio para sobrevivir. Las artesanías y manualidades no son solo una pasión, sino una alternativa de expresión por el cuidado del medio ambiente, por un consumo responsable.

Alicia nació en Buenos Aires, y es roquense desde los seis años. Al abandonar la secundaria, comenzó a trabajar en comercios y en la fruta como embaladora. Se casó joven, y tras el nacimiento de su primer hijo decidió acompañar a su esposo panadero en la sustentabilidad del hogar mediante el arte, realizando manualidades con naturaleza muerta y reciclaje. “Yo gasto muy poco. Siempre ando buscando como armar manualidades sin gastar”, comentó Alicia.

Observa, mira y pone en práctica lo que le gusta. Hace pintura en tela, arreglos florales, adornos colgantes, centros de mesa, entre otros objetos únicos o de series limitadas que surgen del compromiso y obligación de mantener y fomentar la evolución de la cultura material.



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Con sombrero amarrado y un solero, solía recorrer en moto al costado de la ruta del lado de Gómez, en busca de insumos para sus manualidades. Se ponía a recolectar elementos naturales secos como flores, yuyos, ramas con formas extrañas, plásticos, metales para transformarlos en obras de arte como alternativa consciente para darles un uso responsable y reducir el impacto sobre el planeta.

Las posibilidades llegan hasta donde alcanza la imaginación. El espacio de trabajo de Alicia es un salón enfrente de su casa. Su momento creativo es a la noche, en donde la calidad artística de sus piezas depende de la bondad de los materiales y del modo en que se mezcla la experiencia con una brillante inventiva.

Sus manualidades tuvieron tanto éxito, que vendía en bazares como artículos de regalos, incluso comercializaba adornos florales en la Fiesta de la Manzana. Participó cuando se desarrollaba en la plaza y en la vereda del hospital. Con la ayuda de sus vecinos pudo armar su puesto con cables, enchufes y lonas prestadas, aunque su paso como puestera culminó cuando una noche le robaron todos los elementos estructurales del lugar al cerrar una noche festiva. “Me dejaron solo los postes, se robaron todo lo que me habían prestado”, indicó la artesana.

«Daría lo que tengo para que mi madre esté conmigo y vea el pesebre que hago ahora. Ella me acompañaba cebando mates mientras lo armaba».
Alicia Muñiz de Jarnike

A Alicia siempre le gustó trabajar sola para no anular sus momentos de inspiración, que la llevó incluso a incursionar en la decoración para ambientar espacios de cercanía como la iglesia Barrio Modelo, salones de fiestas, casamientos y congresos. Pero reconoce que desde que murió su esposo, sus hijos y nietos son quienes la han apoyado constantemente para que continúe con esta labor, pero ya no para su comercialización.

Las manualidades le ayudan a lograr el balance para transitar la pandemia desde casa, de manera recreativa donde renueva la apuesta con los materiales que tienen implícito un significado. Cuentan una historia sobre un paisaje, el entorno donde han sido recolectados.

Con mucha delicadeza, Alicia inserta pequeñas flores secas sobre una superficie de mimbre. Los broches, piedras y alfileres son los insumos infaltables que velan por un fraguado correcto de los materiales sobre la estructura que va tomando forma. Entre bromas, agrega que es un regalo próximo para un cumpleaños familiar. “Hoy trabajo para mí y para mis nietas. Ahora tengo tiempo para dedicarle a mi casa, ya que estoy jubilada”, indicó.

«Bendita es mi locura que me hace feliz. Me hace bien plasmar mis ideas en las manualidades».
Alicia Muñiz de Jarnike

Decorar la casa con motivos navideños es uno de los mayores acontecimientos del año para Alicia. Incluso, extiende la ornamentación por algunos meses para apreciar la casa en todo su esplendor.

Cada año su hogar destaca entre sus vecinos de Barrio Modelo, que disfrutan curiosos el pesebre que arma en su living y se ve por la ventana.

Las dimensiones del mismo son de 2,40 m de largo por 2,50 m de ancho.

Algunos incluso, piden conocerlo para sacarse fotos. Con el deseo de vivir un reencuentro familiar luego de la pandemia, espera ansiosa acompañada de los pastorcitos y el niñito Jesús. “De pequeña añoraba tener un pinito, y me marcó en el María Auxiliadora el nacimiento del niño Jesús. Quería agasajarlo con mis manualidades y lo disfruto”, reflexionó Alicia.

Por: Gisela Figueroa Minchel [email protected]

(Gentileza lacomuna)

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