La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) ha permitido la llegada de una importante novedad en la lucha contra el dengue: la vacuna «TAK-003». Esta vacuna, que ha sido aprobada gracias al pedido del Ministerio de Salud, puede ahora ser aplicada en diferentes sanatorios privados para frenar el impacto de esta enfermedad.

El fármaco ha sido diseñado para ser aplicado tanto en niños mayores de 4 años como en adultos de hasta 60 años, sin importar si ya han padecido dengue con anterioridad o no. Con esta nueva herramienta, se busca reducir los casos en áreas de alto riesgo de transmisión.

El laboratorio Takeda, responsable de la fabricación de la vacuna, ha anunciado su disponibilidad en vacunatorios privados y pronto también la podrán encontrar en farmacias. Cabe destacar que la aplicación de la misma requerirá de una receta médica, ya que será el médico de cabecera quien determine si es necesario o no su uso en cada caso particular.

La vacuna contra el dengue tiene un valor de 50 mil pesos, teniendo en cuenta que consta de dos dosis separadas en tres meses, por lo que el costo total asciende a los 100 mil pesos para aquellos pacientes que la requieran. Sin embargo, su principal ventaja es su efectividad para combatir las cuatro cepas del virus (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DEN-V 4).

Diversos vacunatorios ya se encuentran trabajando en la cobertura de esta nueva vacuna. Algunas obras sociales y prepagas que ofrecen protección están: OSDE, las obrar sociales del Colegio de Escribanos y el Poder Judicial, la Obra Social del Personal de Dirección (OPDEA) y los planes de la Asociación Personal Superior Organización Techint y Fundación Servicios Sociales Techint (Apsot/FSST). También brindan cobertura otros prestigiosos proveedores de salud como Swiss Medical, Galeno, Hospital Alemán, Hospital Austral, Hospital Italiano, OMINT, Pasteur y Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), entre otros.

Es importante destacar que la aplicación de la vacuna está contraindicada en mujeres embarazadas, en período de lactancia y en personas inmunocomprometidas (con inmunodeficiencia congénita o adquirida), así como también en aquellos que se encuentran recibiendo quimioterapia o un tratamiento con corticoides en altas dosis.