Una vez más, la violencia en el fútbol se hizo presente y en esta oportunidad, los protagonistas son quienes deberían dar el ejemplo a sus hijos. Padres que asistieron a ver una final de chicos de 14 años terminaron siendo responsables de un hecho repudiable.

Quedaban pocos minutos, el Deportivo Roca en la 8va división se estaba por consagrar campeón producto del 2 a 0 que obtenía de local y todo se fue por la borda. El partido fue suspendido, con mucho criterio, cuando restaban 10 minutos de juego, ya que la policía no dio garantías al árbitro Jonatán Aranda.

Padres del equipo local comenzaron a insultar a chicos de Circulo Italiano. Esto generó la respuesta violenta e inmediata de otro adulto de la parcialidad visitante ante la presencia policial. Lejos de calmar los ánimos, otros adultos se sumaron a los insultos e incluso intentaron también la agresión física.

Ante esto, desde el club indicaron que ya tomaron nota de lo ocurrido y que seguirán «buscando responsables y aplicará medidas severas», además  adelantaron que seguirán trabajando «con el objetivo de erradicar todo tipo de accionar violento».

Es importante mencionar que esto no es un hecho aislado. En la Liga Deportiva Confluencia es muy común ver estas actitudes de padres y madres que no entienden que deben ir a las canchas a ver disfrutar a sus hijos y simplemente alentar. 

A causa de todo esto, hace años que se implementó un protocolo que tiene por objetivo luchar contra la violencia en divisiones formativas que fue impulsado por el árbitro Román Dominguez. Este protocolo, se aplica constantemente, ya que cada fin de semana se ven este tipo de actitudes y muchas veces con el aval de los propios dirigentes.