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Carmen Kilapi: La triste profecía de una mamá que se quedó sin justicia

Carmen Kilapi: La triste profecía de una mamá que se quedó sin justicia
Carmen Kilapi: La triste profecía de una mamá que se quedó sin justicia:

Durante la madrugada falleció Carmen Figueroa de Kilapi, quien se convirtió en un símbolo de la lucha por justicia luego del homicidio de Yanet Opazo y de las graves heridas que sufrió su propia hija, Claudina, en un hecho producido en 1993. Fue el primer caso que conmovió a la sociedad de Cipolletti y de la región: oculto detrás de una alameda, un sujeto disparó varias veces contra las adolescentes.

En estos 30 años hubo dos juicios: contra Claudio Kielmasz (el mismo que está condenado a perpetua por el triple crimen), acusado de ser el autor material; y contra Fabián González, imputado en su momento de ser el instigador y autor intelectual del crimen. En ambos casos, la justicia determinó que las pruebas eran insuficientes.

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En una época en que no estaba incorporada la figura del abogado querellante, que los familiares de las víctimas debían arreglárselas como pudieran y cuando todavía no se había creado la IV Circunscripción, Carmen Kilapi se hizo cargo de empujar la investigación y la causa por las dos adolescentes. Muchas veces, contando las monedas para poder viajar hasta los tribunales de Roca, donde se sustanciaba la causa. Y sobre todo, extendiendo los alcances de la investigación a territorios donde la justicia no pensaba llegar, aportando datos claves y puntas para seguir. Pero no pudo conseguir su objetivo.

Esta mañana, el ex gobernador y senador nacional Alberto Weretilneck se despidió de Carmen: fue un “emblema en la lucha por verdad y justicia. Madre de Claudina Kilapi, a quien balearon en el femicidio de Yanet Opazo. Durante 30 años luchó por el esclarecimiento de este hecho que estremeció a la comunidad. Gracias por tu ejemplo, nunca te olvidaremos”, posteó en sus redes sociales.

Durante una entrevista que realizó por LU 19 hace tres años, doña Carmen reveló una espina que tenía clavada en su alma y que se iba a convertir en una lamentable profecía: “es posible que me vaya de este mundo y la justicia no llega”. También se quejó de haber “confiado” en un Poder Judicial que no le dio respuesta.

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En 1993, las dos adolescentes vivían en el barrio Labraña, ubicado contra el río Neuquén de Cipolletti. El 26 de junio, salieron en sus bicicletas para saludar a una amiga que cumplía años. Como hacían todos los vecinos, decidieron acortar camino por un atajo entre un bosquecito de álamos. Allí estaba oculto el tirador que disparó a mansalva. Yanet Opazo murió en el acto. Claudina Kilapi se salvó milagrosamente pero durante años tuvo que sufrir graves y dolorosas consecuencias: el proyectil estalló y se diseminó en múltiples perdigones que lesionaron diversos sectores.

Durante aquella entrevista que le concedió a LU 19, Carmen recordó que “fue muy triste, no se lo deseo a nadie”. Y se lamentó: “yo confié (en la justicia), fue mi error… me voy a arrepentir toda mi vida. Todos los datos fueron a la justicia. Estaba convencida de que la justica nos iba a dar respuesta”. Tres décadas después, el crimen sigue sin esclarecerse.

Gentileza anr

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