El único imputado por el crimen del comerciante roquense Carlos Curruqueo, Luis Jimenez, solicitó un cambio en su régimen de prisión preventiva y su transformación en prisión domiciliaria con un control electrónico. Así lo hizo saber a través de su abogado, Michelle Richman. Se tratará mañana durante una audiencia que se realizará en los tribunales de Cipolletti.

Ya en enero, el primer defensor de Jiménez, Nicolás Suárez Colman, había realizado el mismo pedido sin éxito. En esa oportunidad argumentó que no existía riesgo de fuga, ya que el acusado está asentado y tiene familia en la región; y que no cuenta con el poder suficiente como para constituirse en una amenaza para el avance de la causa. La jueza de Garantías, Agustina Bagniole, reconoció la primera situación pero también sostuvo que había que preservar la situación de los testigos y que sí estaba en condición de entorpecer la investigación, por lo que le dictó la prisión preventiva de cumplimiento efectivo.

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El nuevo pedido de la defensa que ahora lleva Richman causó sorpresa en el ámbito judicial. Es que hace pocos días, se aceptó el pedido de la fiscalía y la querella de profundizar la calificación de la causa. Ahora Jiménez está acusado de “homicidio agravado por codicia”, lo que conlleva una posible condena a prisión perpetua.

El abogado había rechazado esa calificación, apuntando que no se encuentra demostrada en la causa y enfatizó que la investigación está mal encaminada.

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Consultado por LU19, Cristian Curruqueo – hermano de la víctima – apuntó que “si estuviera mal encaminada o no hubiera pruebas suficientes, Jiménez no estaría donde está”. Y añadió: “para nosotros, el único asesino es Jiménez. La causa está bien encaminada y esperamos que se pueda demostrar en juicio”.

Se espera que tanto la fiscalía como la querella se opongan al pedido de prisión domiciliaria: argumentarán que el agravamiento de acusación y la posibilidad de una cadena perpetua aumentan los riesgos de fuga del imputado.