La familia de Carlos Curruqueo, el comerciante roquense asesinado de cuatro balazos en la cabeza, apelará ante el Tribunal de Impugnación la condena a Luis Jiménez, el autor del homicidio, e insistirá con una prisión de 33 años, teniendo en cuenta los numerosos agravantes que se dieron en el hecho.

El homicidio se produjo aproximadamente a las 23 horas del 14 de octubre de 2021 en una chacra de María Elvira, cercana al canal principal de riego y en jurisdicción de Cipolletti. Durante 98 días, Curruqueo figuró en condición de “desaparecido”, hasta que casi por azar, un peón rural que estaba cazando encontró la camioneta que había sido enterrada.

: La justicia declaró culpable a Jiménez por el homicidio del comerciante roquense Curruqueo

Leonel Herrera, el abogado querellante en representación de los hermanos Curruqueo, planteó su disconformidad con la condena a 12 años que le dictó la justicia de primera instancia, entendiendo que no se consideraron los agravantes del caso. La pena por un homicidio simple puede graduarse entre los 8 y los 25 años, pero la familia pedirá 33 años de cárcel. “Cómo se cometió el hecho ya es un agravante. Curruqueo fue citado a la vivienda de Jiménez, en una zona de chacras, poco habitada, y en horas de la noche, cuando la visibilidad es mínima”, explicó Herrera.

En un lugar así, el agresor tenía ventaja sobre su víctima, ya que conocía el terreno. Ni bien el comerciante se bajó de la camioneta Kangoo que había conducido, fue atacado a disparos: en su cráneo se encontraron cuatro balas de calibre 22. No tuvo posibilidad de responder al ataque.

Luego de cometer el asesinato, Jiménez colocó el cuerpo de Curruqueo en la camioneta y la enterró en una chacra que está ubicada a unos 700 metros, un sector que sólo se podía ingresar sin ser vistos desde la propia casa del homicida. Es que por tratarse del campo de un establecimiento integrado, tiene una guardia en su acceso principal.

: Caso Curruqueo: la querella pedirá un agravamiento de la causa

Un tercer agravante que piensa argumentar el representante de la familia es la actitud que tuvo Jiménez durante la investigación: “cuanto todavía se lo estaba buscando con vida, reconoció que había estado en el lugar pero dijo que se había marchado a La Pampa”, para visitar a su familia, expresó Herrera. Por esa razón, hasta el 22 de febrero de 2022 se buscó al comerciante en La Pampa y en otros puntos del país; y se investigó si había salido del país a través de algún paso habilitado. Ninguna de esas pesquisas dio resultados porque en realidad, su cuerpo estaba enterrado en María Elvira.

“En la condena no se tuvo en cuenta esta serie de consideraciones. El hecho de desaparecer el cuerpo, de no someterse a la justicia y tratar de quedar impune, de desviar la investigación, son elementos que deben tenerse en cuenta como agravantes a la hora de cuantificar la pena”, precisó el abogado.