Para los productores frutícolas de la región, estos son tiempos de mucho trabajo y de una gran intranquilidad. Las semanas posteriores a la floración es cuando las chacras se encuentran más expuestas a las traicioneras heladas tardías. Pero esta temporada parece hacer un respiro. “La floración fue muy buena; el cuaje también. La impresión general es que tenemos un buen panorama”, contó el presidente de la Cámara de General Roca, Daniel Pérez.

En las distintas chacras los pequeños frutos empiezan a tomar forma. El viento no fue un obstáculo para su desarrollo. “Salvo en las variedades más tardías, la mayor parte ya estaba suficientemente desarrollada”, apuntó. Las heladas de fines de septiembre provocaron preocupación entre los chacareros, pero después la situación se tranquilizó un poco. No tanto como para dejar de prestarle atención al pronóstico: “por ahora, la tendencia sigue bien. Si en los próximos 15 días no tenemos un evento de esos, vamos a tener una buena perspectiva”, puntualizó.

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Para el titular de la Cámara, hombre de recorrer las distintas chacras de la región, se puede observar un buen desarrollo de la producción. “Si todo sigue así, y esto que digo es relativo, vamos a tener una temporada normal, como hace cuatro años que no tenemos”, dijo.

Claro que los más creyentes no se olvidan de prenderle un par de velas a San Isidro Labrador, el santo protector de las buenas cosechas, para que todo siga como hasta ahora. Estas dos semanas son cruciales para el buen desarrollo del fruto. Después los sistemas de defensa se relajan: la planta tiene mejor follaje y ya tiene otra resistencia para las bajas temperaturas. En ese límite se espera un nuevo frente frío.

Pasado el período de heladas tardías, los productores enfrentarán otro enemigo natural: el granizo. “Cuando las temperaturas empiezan a subir por encima de los 30 grados, ahí es cuando se presenta el riesgo de la piedra. Las famosas tormentas convectivas”, apuntó el dirigente de los productores.

 Y esa posibilidad empieza a barajarse para el 9, 10 y 11 del mes que viene, según la estimación de la Autoridad de Cuencas. Pérez explico que las inversiones para colocar mallas antigranizo son grandes y quedan fuera de las posibilidades de un productor no integrado. Destacó el esfuerzo que se realiza con el Ente Compensador de Granizo, que comparten el gobierno de Río Negro y los productores. “Es una ayuda que permite al productor llegar a la próxima cosecha, pero que no cubre los costos de producción”, aclaró.

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En cambio, los seguros comerciales si tienen mayor cobertura pero los costos suelen espantar al chacarero común. “El valor de la póliza es muy alto, pero en los casos que hemos estudiado, se justifica cuando hay una pérdida del 70 – 80 %. En esos casos, la aseguradoras remuneran un buen dinero. Pero el valor de la póliza es muy alto”, comentó.