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Cinco razones para no utilizar la pirotecnia sonora durante el fin de año

Cinco razones para no utilizar la pirotecnia sonora durante el fin de año
Cinco razones para no utilizar la pirotecnia sonora durante el fin de año:

Durante décadas, festejar utilizando pirotécnica sonora (petardos, cohetes, baterías y la infinidad de derivados), fue una tradición del mes de diciembre. También, la irresponsabilidad en el modo de utilización: cualquier guardia periodística de esos tiempos debía considerar una comunicación con los centros de salud, para saber cuántos heridos se habían registrado con quemaduras de pólvora.

Hoy, la sensibilidad cambió y en la mayoría de los municipios está prohibido su utilización y penado con multas bastante severas. En Roca, la ordenanza prevé sanciones económicas importantes para quienes violen esta regulación: quienes la utilizan, pueden recibir multas que van desde los 25.500 a los 42.500 pesos.

Para comerciantes y distribuidores, las cargas son bastante más abultadas. El almacenamiento, distribución y comercialización de pirotecnia sonora son infracciones que pueden recibir multas de entre 85.000 y 850.000 pesos. Y en caso de reincidencia, esos montos pueden duplicarse.

 

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El municipio ya dispuso una serie de operativos de rutina para la inspección de comercios, al tiempo que se prepara para recibir las denuncias que puedan llegar.

Pero si la multa no es un disuasivo suficiente, aquí va una serie de razones para no utilizar estos artefactos explosivos:

  • La seguridad propia: aún los que se comercializaban con las autorizaciones correspondiente, solían ser inestables y podían explotar en diferentes momentos, sorprendiendo al usuario más experimentado.
  • La seguridad de niños y personas mayores: los infantes solían ser los primeros afectados por el uso indebido de esos elementos, y las quemaduras de pólvora son dolorosas. Los mayores, en cambio, solían padecer trastornos auditivos y en algunos casos, descompensaciones por estrés.
  • Evitar lesiones mayores: la conducta humana suele tener aspectos autodestructivos y de una irresponsabilidad manifiesta. Colocar explosivos en latas y envases de vidrios producía una lluvia de fragmentos que terminaba en heridas cortantes. Final poco feliz: la guardia del hospital.
  • El cuidado de mascotas: los animales que comparten nuestro hogar tienen una sensibilidad auditiva mucho mayor que la de nosotros. Las explosiones los asustan y estresan, provocándoles el deseo de fuga, desesperación y desorientación.
  • Un poco de empatía: las personas que tienen el Trastorno del Espectro Autista padecen de “hipersensibilidad auditiva”, por lo que registran los ruidos con una intensidad mucho mayor a la del común. La explosión de un petardo, totalmente inesperado, ruidoso y de corta duración, les provoca un intenso dolor, ansiedad, miedo. Y en algunos casos, pueden autolesionarse por el miedo que les genera.

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Si no es por el miedo a la multa, que sea por solidaridad. Tengamos un poco más de empatía por nuestros semejantes y reemplacemos esa pirotecnia sonora por artefactos lumínicos. Que también permiten festejar, con más seguridad.

 

 

 

 

 

Gentileza anr

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