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Ciudades sin reinas: ¿por qué es un tema que sigue dando que hablar?

Ciudades sin reinas: ¿por qué es un tema que sigue dando que hablar?:

Una nueva elección del embajador o embajadora en Fernández Oro reinstaló el debate que comenzó en 2013 a nivel nacional. La pregunta corresponde a si se debe coronar o no, a una persona que será elegida como representante de  la localidad como se lo hizo tradicionalmente, teniendo en cuenta que el o la representante no se elige por apariencia física, sino por como conoce la historia, como se proyecta en la ciudad, entre otras características.

Desde 2013 se impulsa la campaña “Ciudades sin Reinas. Actualmente, son 74 las localidades que eliminaron estos certámenes o los reemplazaron por otras actividades.

En Fernández Oro, hace al menos cuatro años, no se elige por apariencia física pero si se los reconoce con coronas, cetros y capas, como si fuesen reinas, reyes, princesas o príncipes.

Según los datos de la Consavig, Río Negro es la segunda provincia con más ciudades adheridas, con 11, siguiendo a Buenos Aires con 17 respectivamente.

Tanto la intendenta de Roca, María Emilia Soria, como el Consejo Deliberante de Cipolletti decidieron poner fin a la elección de la reina para terminar con la violencia simbólica hacia las mujeres y premiar por otros valores. También fue eliminada en 2020 la elección a la Reina del Agricultor en G. Conesa.

Actualmente, son 74 las localidades que eliminaron estos certámenes o los reemplazaron por otras actividades. En el conteo no están consideradas las ciudades que solo cambiaron el nombre de «reina» por «embajadora» sin modificar las características evaluadas, ya que, en definitiva, a lo que se apunta es a la «erradicación de los concursos de belleza».

El debate reaparece en habitantes que aprueban las viejas costumbres, debido a la carga histórica y cultural que traen estas fiestas populares; y quienes afirman que un concurso de belleza no tiene nada que ver con los eventos que gratifican la producción local.

Gisela Estremedor, coronada como Reina Provincial del Agricultor y luego princesa de la Fiesta Nacional de la Manzana de 1999 en General Roca, señaló a Télam que estos concursos no hacen más que reforzar «los estereotipos de mujer y la gordofobia imperante», entre otros aspectos, ya que «no había ni una mujer que se corriera de la norma».

Por su parte, la directora nacional de Fiestas Nacionales y Eventos, Fernanda Rodríguez, nos dice que  trabajar por la igualdad de género «tiene un impacto positivo directo sobre la economía, por lo que las mujeres representamos como trabajadoras de la industria, y las fiestas populares no escapan a esto. Además, aseguró que «De ninguna manera afecta o afectará los objetivos turísticos y/o económicos de los festejos; todo lo contrario, los nutrirá  al hacerlos cada vez más participativos e igualitarios».

Lilian Navarrete, secretaria de la comisión de Fernández Oro comentó que para ella el concurso no tiene nada que ver con reinados y princesas, sino con la intención de reconocer los valores de la cultura, la producción y el turismo de la ciudad. «Le queremos dar un giro al concurso y desligarnos de lo físico y estético; que las embajadoras o embajadores transmitan lo que tiene Oro».

Gentileza anr

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