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Comenzó en Roca un juicio a cinco militares por delitos ocurridos durante la dictadura

Comenzó en Roca un juicio a cinco militares por delitos ocurridos durante la dictadura

Casi 46 años después de ocurridos los hechos en Sierra Grande, esta mañana comenzó el juicio a cinco militares quienes tuvieron responsabilidad en la detención ilegal de vecinos de esa localidad quienes clamaban por la libertad de dos personas que en el año 1976 también fueron privadas de su libertad. La causa se desprendió de otro proceso por delitos de lesa humanidad que se llevó adelante en Roca y donde varios de los involucrados ya fueron condenados.

Pasadas las 9 de la mañana el Tribunal Oral Federal (TOF) que integran los jueces Alejandro Silva, Simón Bracco y Alejandro Cabral comenzó con el proceso en el cual se encuentran imputados Vicente Forchetti (Jefe de la Delegación Viedma de la Policía Federal Argentina), Rubén Codina y Victor Lobos (comisario y subcomisario de la Unidad 13 de Sierra Grande de la policía de Río Negro); Elfio Navarrete (policía de la rionegrina) y Néstor Castelli (interventor de la Provincia de Río Negro).

El tribunal siguió atentamente la audiencia en el edificio ubicado en San Martín y España, en pleno centro de Roca. (foto: Luis Leiva)

La causa comenzó a ventilarse esta mañana en los tribunales de calle España y San Martín, y se desprendió de otra que tuvo como víctimas a Daniel Ávalos y Carlos Lima por los delitos de lesa humanidad ocurridos en Sierra Grande y Viedma en abril de 1976 y por el cual la mayoría de los imputados ya fueron condenados.

Según la requisitoria de elevación a juicio, durante el 2 de abril de ese año también fueron detenidos y sometidos a distintos actos de violencia Wilfredo Woolcock, Omar Kader, Hector Osorio, Alberto Lima, Miguel Saso, Julio Alberto Salto (luego periodista de Río Negro), Ramón Pedro Fernández, Jorge Palma y Eduardo Disnardo.

«El mismo día que detuvieron ilegalmente a Carlos Avalos y a Daniel Lima -02/04/76 también fueron detenidos ilegalmente Alberto Lima (hermano de Carlos), Hector Osorio y Miguel Saso (cuñado de Ávalos) quienes al concurrir a la comisaría de Sierra Grande a fines de consultar por la detención quedaron allí detenidos. De dichas actuaciones también se desprende que Julio Salto y Ramón Fernández permanecieron ilegalmente detenidos en la Comisaría 1° de Viedma durante los días que se estuvieron alojados allí Lima y Ávalos; como además que Jorge Palma estuvo detenido sin orden ni causa en la Escuela de Cadetes en la misma época y que Eduardo Disnardo fue ilegalmente detenido en dos oportunidades, en marzo y en diciembre de 1976, alojado ambas veces en la Delegación en Viedma de la Policia Federal Argentina«, indica el escrito leído en el inicio del primer día de juicio.

Se calcula que durante el juicio más de 40 testigos brindarán su testimonio mientras que los imputados seguirán el proceso vía zoom ya que la mayoría tiene avanzada edad y al menos uno de ellos están con serios problemas cognitivos y de salud que le impiden seguir con atención las audiencias.

Con condena firme

Cabe recordar que en el año 2019,  los jueces del Tribunal Oral Federal de Roca, Armando Márquez, Norberto Ferrando y Orlando Coscia condenaron por unanimidad a seis de los siete imputados por la detención ilegal y tormentos de que resultaron víctimas Daniel Ávalos y Carlos Lima, hechos que fueron calificados como delitos de lesa humanidad.

En ese proceso fueron condenados el coronel retirado Raúl Pedernera (policía de Río Negro ya fallecido) a 8 años y seis meses de prisión; el comisario Codina a 8 años de prisión; el oficial Lobos a 7 años y 10 meses de prisión; el suboficial Sixto Navarrete -encargado del cuerpo de Infantería en 1976- a 7 años y 6 meses de prisión; el suboficial retirado Navarrete -integrante de ese cuerpo de Infantería- a 7 años de prisión y el general retirado de Brigada Néstor Castelli -interventor del gobierno de Río Negro en 1976 y jefe de la Escuela Andina- fue condenado a 5 años y dos meses de prisión.

Por ese entonces, el TOF ordenó al Juzgado de Instrucción investigar si los imputados pudieron conformar una asociación ilícita, y también la detención ilegal y maltrato recibidos por los testigos.

Cabe recordar que Lima y Ávalos eran dirigentes gremiales de Uocra en 1976 en Sierra Grande y fueron detenidos, golpeados y trasladados a Viedma, donde continuaron los tormentos y vejámenes. Ávalos permaneció detenido en el sótano de la Escuela de Cadetes y desde allí era retirado vendado y atado en otro lugar donde sufría tormentos. Lima sufrió palizas y maltratos que le provocaron secuelas físicas y psíquicas. Ambos fueron liberados, uno en abril y otro en julio de ese año.

Todos vía zoom

La mayoría de los acusados cuenta con la representación legal de las defensoras oficiales Gabriela Labat y Celia Delgado, a excepción de Navarrete quien contrató los servicios de Mario Salvador Cáccamo. En tanto que el Ministerio Público Fiscal tiene como representante al fiscal Rafael Vehils. Todos ellos siguieron la audiencia vía zoom.

Las «postales» del primer día

* Casi 60 páginas: La primera etapa del juicio fue realmente tediosa. Es que el secretario del tribunal tuvo que leer en su totalidad la requisitoria de elevación a juicio que tenía más de 60 páginas por lo que esa primera parte se extendió durante casi dos horas.

* «Que mierda va a escuchar»: Esa fue la frase que lanzó uno de los imputados durante la audiencia, al hacer referencia al estado de salud de Vicente Forchetti (88), el exjefe de la Delegación Viedma de la Policía Federal. Es que el hombre permaneció inmóvil ante las consultas que en la apertura del juicio le realizaba el presidente del tribunal, Alejandro Silva. Uno de los imputados que tenía el micrófono abierto lanzó la frase: «Forchetti, el viejito, que mierda va  a escuchar si es sordo; ni escucha ni comprende».

* Y se cortó: Si bien es difícil coordinar cualquier reunión vía zoo cuando hay varias personas, una audiencia judicial de tantas horas resulta una verdadera lotería. Y si bien el primer tramo del juicio se desarrolló con normalidad, cerca del mediodía se cortó internet y la audiencia debió suspenderse durante varios minutos. «Hubiera sido mucho más fácil si todos estuvieran en la sala», es escuchó decir a una fuente judicial.

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(Gentileza lacomuna)

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