El robo de vehículos en el país creció un 58%, según el último informe de la empresa Ituran que ofrece servicios de seguimiento y recuperación de vehículos involucrados en hechos delictivos, sea a mano armada y en la vía pública.

Y en Río Negro, desde hace 17 años, la policía provincial aplica un sencillo truco para comprobar si un vehículo que aparece de jurisdicción extraña proviene de una sustracción violenta, que puede generar un dolor de cabeza a un comprador de buena fe cuando no hay denuncia de por medio y al momento de ser frenado en un destacamento caminero.

El método fue oficializado en 2006 por el Juzgado Federal de General Roca y con un nombre para los expedientes: “Técnica de observación adecuada” de números en cristales. Sin embargo, su inventor, el comisario Napoleón Peralta, le llama “Técnica del papel”, y al correr como reguero de polvora ya la adoptaron otras fuerzas policiales.

El funcionario, en la actualidad a cargo del Departamento Tránsito de la Jefatura de la Policía de Río Negro, admitió que este procedimiento surgió de “casualidad” y en medio de un enojo cuando en Roca no podían descubrir cómo habían adulterado los números de una camioneta.

 

 

“Después de dar varias vueltas sobre el cristal se me ocurrió poner una hoja de color blanco en forma oblicua a los números que había en el vidrio, y ahí se reflejó en el papel, los números que estaban por debajo y que habían sido alterados, con lo cual se detectó que el vehículo era robado”, explicó.

Esta pericia que fue valorada por el fuero federal roquense superó en su debut, y con imaginación, a la técnica de rastreo con productos químicos. Es que los ácidos de las sustancias que se emplean en investigaciones criminalísticas, son proclives a borrar los números de abajo con lo cual se puede perder una prueba.