El conductor de una Kangoo azul, que en una maniobra más que imprudente invadió el carril contrario y mató a un motociclista, fue condenado a tres años de prisión en suspenso y ocho años de inhabilitación para manejar todo tipo de vehículos. Las hijas de la víctima manifestaron su indignación por la leve condena que mereció esta persona.

“Sabemos que ni un pedido de disculpas ni una condena más severa nos devolverá a nuestro padre”, dijo Candela, una de las hijas de Claudio Gelabert, quien murió en abril del año pasado en el siniestro ocurrido sobre la ruta 65, frente al acceso al barrio Manzanar Millenium, en Cipolletti.

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La “maniobra imprudente” fue intentar un sobrepaso en una zona con badenes profundos y de mucho tráfico. Gelabert iba en moto hacia su trabajo cuando de repente se encontró con la Kangoo de frente. Quedó tirado a un costado, mientras que el causante del siniestro se dio rápidamente a la fuga.

No pasó más de una hora cuando la policía encontró al vehículo estacionado a unos tres kilómetros del lugar, en el barrio de las 1.200 Viviendas. Adujo que estaba sufriendo un “ataque epiléptico” que le hizo perder el dominio del rodado. Y ese fue uno de los temas principales durante el juicio.

“Como querellantes nunca creímos eso, pero fue su mayor defensa durante todo el proceso. No se puede determinar. Investigamos mucho con especialistas. En el juicio fueron médicos. Es difícil de determinar cómo le dan ataques de epilepsia. Para nosotros, fue una mala maniobra.

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 También hubo un poco de exceso de velocidad”, puntualizó.

La adolescente, que está estudiando en Córdoba, resaltó que sería más conveniente “concientizar” sobre los riesgos que pueden existir al manejar un vehículo “porque a mi papá no me lo devuelve nadie”. Y remarcó: “si a una persona no se le puede dar un carnet, que no insista. Esta persona (el conductor de la Kangoo), no podía manejar; no debería haber estado al volante”.