En un fallo que tuvo lugar en la ciudad, el tribunal impuso una multa a CEMYN y a Clínica Roca por violencia obstétrica perpetrada durante una cesárea, luego de más de 40 horas de trabajo de parto.

Debido a que el centro médico tuvo una actitud de obstrucción del proceso deberá pagar una multa, y organizar una capacitación sobre la ley de parto humanizado, y el anestesista está obligado a participar. «La empresa mintió en su escrito de contestación», se consigna en el fallo. 

Durante el juicio, la mamá recordó la situación de vulnerabilidad en la que se produjo la situación y explicó que se sintió «sumamente vulnerada y vulnerable por la forma en que se encontraba en ese momento», resultando en un trato que le generó «angustia e intranquilidad» y que le afectó el disfrute de uno de los momentos más importantes y significativos de la maternidad.

Al entrar al quirófano, saludó y casi todo el personal retribuyó el gesto de manera amable, salvo el anestesista, quien, con un modo brusco, le reprochó «la hora» en la que había decidido someterse a la cesárea. «Te pido disculpas por molestarte a esta hora, pero yo no decido cuándo no voy a poder más. Hace 40 horas que estoy tratando de parir a mi bebé y no puedo», dijo la mamá. «Bueno, bueno, dale, terminemos con esto», le respondió el anestesista.

La jueza de Familia de Roca sostuvo en el primer fallo que cuando se invocan temas de género, se habla de la necesidad de «deconstruir» estos aprendizajes y comportamientos aprehendidos y naturalizados. «Está dentro de las obligaciones del Estado identificarlos, sancionarlos y buscar su erradicación y que se evite su reproducción y reiteración», explicó.

Una médica que participó en la cesárea declaró que recordaba que la conversación había existido y que había pasado un momento de tensión e incomodidad, que «había empañado el momento» de la paciente. Mientras que el resto de los testimonios «no pudieron dar datos tan precisos», y «otra testiga dijo que no notó nada particular ese día».

Durante el juicio, el tribunal diferenció la actitud del anestesista, que mantuvo una participación respetuosa, a comparación de la clínica, que fue confrontativa y evasiva la cual no apeló a la decisión, y la orden de capacitar a todo su personal quedó firme. Si bien el anestesista apeló, argumentando falta de igualdad ante la ley y una mirada prejuiciosa de la jueza. Sin embargo, la Cámara Civil confirmó el fallo inicial, señalando que el trato del anestesista era indefendible, priorizando su malestar sobre el desgaste emocional de la madre.