El consumo de carne vacuna en Argentina ha sufrido una drástica caída durante el primer trimestre de este año, alcanzando niveles mínimos que no se veían desde hace tres décadas.

Según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), el consumo aparente de carne vacuna totalizó 499,7 mil tn r/c/h en enero-marzo del presente año, lo que representa una disminución del 17,6% en comparación con el mismo trimestre del año anterior. Esta cifra marca el registro más bajo en los últimos treinta años.

Durante los tres primeros meses de 2024, la industria frigorífica vacuna produjo 745 mil tn r/c/h de carne vacuna, lo que representa una disminución del 7,6% en comparación con el primer trimestre de 2023. Sin embargo, cabe destacar que las exportaciones de carne vacuna se han mantenido estables, alcanzando las 85 mil tn r/c/h en marzo.

En total, se estima que durante el primer trimestre se exportaron 245,2 mil tn r/c/h, lo que marca un aumento del 22,9% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Esta caída en el consumo de carne vacuna ha tenido un impacto significativo en el consumo per cápita, el cual se ha reducido en un 18,5% en comparación con el año anterior. En marzo de 2024, el consumo per cápita de carne vacuna fue de 42,6 kilos/año, una cifra preocupante para la industria frigorífica.

La disminución en el consumo de carne vacuna ha sido impulsada, en parte, por el aumento de los precios. Durante marzo de 2024, el nivel general de precios al consumidor en el Gran Buenos Aires aumentó un 11,5%, lo que representa un aumento del 289,9% en comparación con marzo de 2023. En el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, el aumento fue del 11,5%, siendo el capítulo de «carnes y derivados» uno de los que registró menores incrementos.

Entre los cortes vacunos, los precios también han experimentado un aumento significativo. En promedio, el valor de los cortes vacunos ha aumentado un 278,0% en comparación con el año anterior. Los cortes como la paleta, el cuadril, la carne picada común, la nalga y el asado han experimentado incrementos que van desde el 6,2% hasta el 11,9%.

Ante esta situación, la industria frigorífica y el sector agropecuario se encuentran preocupados por el impacto que la caída en el consumo y el aumento en los precios pueda tener en la economía del país.