Se acerca el invierno y en todos los barrios ubicados en la periferia empieza a preocupar el costo que tendrá calefaccionarse. Las garrafas aumentaron considerablemente y tienen un valor muy diferente en distintos puntos de la ciudad. Un bin de leña de manzana (que puede durar unas dos semanas), cuesta 20.000 pesos.

A mediados de febrero, el gobierno nacional resolvió incrementar un 204 % el valor de la “garrafa social”, con lo que pasó a tener un valor de referencia de 4.752 pesos. Pero para poder comprarla a ese precio hay que estar inscripto en el Programa Hogar 2024 (que se realiza a través de la página de Anses), y siempre hubo dificultades para el abastecimiento.

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Lo concreto es que esos valores están lejísimos de los que hoy se paga en los comercios cipoleños. Y varían entre el piso de 8.000 pesos, al que podía verse en una estación de servicio de la ruta 22; a los 14.000 pesos que piden en Costa Sur o en Puente 83. En Ferri, por ejemplo, estaban pidiendo 12.500 por la unidad. En un almacén ubicado sobre la calle Manuel Estrada, salía 10.000 pesos.

Semejante disparidad de precios tiene que ver con las posibilidades del comerciante de llegar al punto de distribución: mientras los precios más bajos se encuentra en las estaciones de servicio; a medida que se aleja del centro los valores aumentan exponencialmente. Y si el almacenero depende de otra persona para el transporte, se encarece un poco más.

Una familia tipo (dos adultos, dos menores), utiliza una garrafa semanalmente sólo para elaborar las comidas. Tomando un valor promedio de 12.000 pesos, significaría que destinará 48.000 pesos mensuales para cocinar.

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Pero llega el invierno y hay que pensar que eso no alcanza: un calefactor mediano, utilizado criteriosamente (es decir, apagándolo durante las noches y volviéndolo a encender cuándo es necesario), gasta una garrafa cada cinco días, aproximadamente. Esto representa un costo de 72.000 pesos extras.

Por mes, una familia que no cuenta con gas natural, deberá destinar 120.000 pesos mensuales solo para lo más básico, como cocinar y estar mínimamente calefaccionado. Lo que representa el 59 % de un salario mínimo vital y móvil, establecido para marzo de este año (que es de 202.800 pesos).