El cuerpo que se encontró abandonado en una camioneta en una zona rural entre Cipolletti y Fernández Oro, presentaba cuatro disparos de arma de fuego en el cráneo. En el lugar se encontraron restos metálicos que se corresponderían con las cápsulas de los proyectiles. Así se confirmó después de la realización de la autopsia en la Morgue Judicial de General Roca.

Por el avanzado estado de descomposición, la justicia todavía se mantiene con mucha prudencia en la identificación del cadáver. No obstante, hay diversos indicios de que se trataría de Carlos Curruqueo, un vecino de General Roca que permanece desaparecido desde el 14 de octubre pasado, cuando se trasladó hasta Cipolletti para intentar cobrar una deuda y nunca regresó. Las pericias determinaron que las antenas de telefonía celular registraron su paso por la zona de María Elvira y luego perdieron su señal. Los intensos rastrillajes realizados en el área no dieron resultado hasta que el viernes un trabajador rural encontró una camioneta utilitaria semi enterrada en una chacra de El 30.

El fiscal Martín Pezzetta confirmó que la víctima recibió al menos cuatro disparos en la cabeza. Informó también que no se pudo avanzar en el reconocimiento por el estado en que se encontraba. Al respecto, señaló que la única manera certera será a partir de un análisis de ADN, que puede demorar alrededor de un mes. Mientras tanto, durante toda la mañana y la tarde de hoy se realizaban diferentes pericias sobre la camioneta en busca de elementos clave para la investigación.

En ese mismo esquema de cautela, ya que la investigación oficial todavía está en pleno proceso, explicó que no se podía adelantar si para tapar el vehículo fue necesario utilizar una máquina o simplemente se la dejó en un sector pantanoso y de difícil acceso.

A pesar de esas dificultades, hay varios indicios que hacen sospechar que la víctima es Curruqueo. En primer lugar, el vehículo encontrado es el utilitario en el que se desplazaba el hombre. En segundo lugar, la contextura física y la ropa es similar a la del desaparecido e incluso un familiar que lo pudo ver indicó que se trataría de la misma persona.

Curruqueo tenía 46 años y se dedicaba a realizar diferentes trámites con vehículos. Precisamente, la última vez que se lo vio con vida se trasladaba a Cipolletti para cobrar una deuda por un automóvil.