Con el panorama que hoy se vive en Ucrania, la vocación de ayudar se impuso ante todo en la vida de Natalia. Junto a misioneros de todo el país, servirán al país golpeado por el ataque ruso, a través de una campaña denominada “Una primavera para Ucrania”.  

“Vamos a realizar servicios de albañilería, enfermería, repartir alimentos y ropa. Estaremos en todo lo que se pueda ayudar”, comentó Naty a un medio roquenseoca y agregó:  

“Queremos llevar un poco de esperanza y aliento. Un mensaje de que se puede seguir hacia adelante. Alegrar el corazón de muchos niños, que puedan olvidarse del dolor que están viviendo”.  

Natalia es docente del jardín de infantes N° 65 de Chichinales. Para este viaje se tomó licencia y cuenta que su familia siempre apoya sus desiciones.  

Antes del vuelo realizaron un exhaustivo curso para aprender cuestiones que se deben conocer en primera instancia al pisar una zona de guerra. Saber reconocer las sirenas de bombardeos aéreos, dónde resguardarse y cómo evacuar. También aprender a moverse y a tener aspectos en cuenta ante un potencial enfrentamiento. 

Sobre los gastos del voluntariado, Natalia cuenta que todos los gastos se pagan a pulmón. “En mi caso recibí ayuda de amigos y familiares y también organicé actividades para juntar el dinero para el pasaje y la estadía. Nadie me regaló nada», aclaró la docente. 

La idea de ayudar fuera del país no nació hace poco para Naty. “Quería hacer un voluntariado en África y venía orando y pidiéndole a dios para que se dé. Hace unos meses atrás encontré este flyer de Jucum (Juventud con una Misión), me inscribí y se dieron todas las cosas para que pueda hacerlo. 

“Me gusta mucho ayudar e intento hacerlo cada vez que puedo”.