El hombre terminó de preparar la camioneta con los materiales para la obra. Enganchó el remolque con las herramientas y se acordó que se había olvidado unos papeles en la casa. “Son dos minutos; ¿qué puede pasar?”, pensó antes de estacionar. Paró el motor y dejó las llaves puestas con la puerta del conductor abierta. ¿Qué puede pasar?, se repitió mientras ingresaba a la vivienda. Miró a los costados. La calle estaba vacía.

La Ley de Murphy no falla: “todo lo que puede ocurrir, ocurrirá”. O su variante más pesimista: “todo lo que puede salir mal, saldrá mal”. Iban a ser dos minutos. Tal vez tres. Encontrar aquellos benditos papeles y continuar viaje. Cuando salió a la vereda, todo se puso oscuro: la camioneta ya no estaba.

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El día siguió horrible para el vecino del barrio Anai Mapu de Cipolletti. Cuando fue a la comisaría 45, le tomaron la denuncia pero le dieron pocas esperanzas. “Estamos con poco personal”, le dijeron, según declaró al informativo de LU19. ¿Podía resultar peor?

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Sí, podía: los antecedentes indican que cuando te roban el auto con las llaves puestas, la aseguradora no se hace cargo. Algo así como: “alpiste, perdiste”. En la región, se conocen por lo menos dos causas en las que las compañías alegaron “negligencia grave” por parte del propietario. Razón que considera suficiente como para evitar el pago.

Así que perdido por perdido, empezaron una búsqueda casera. Las cámaras de seguridad del barrio mostraron a dos jóvenes que ingresaron caminando y aprovecharon el momento de distracción para apoderarse del vehículo. Una búsqueda a través de las redes sociales les indicó que estaban vendiendo la rueda de auxilio en Allen. Aparentemente, de allí serían los delincuentes. Hacía aquella localidad se orientaron ahora las pesquisas.