A partir de este viernes a las 20 horas, hasta el 30 de abril, los roquenses podrán conocer «Todos los templos el templo: La creación de un misterio”, cuya exhibición será en la galería principal de Casa de la Cultura. 

Se trata de una instalación de Abera Cosi, artista plástico oriundo de Neuquén que llega a nuestra ciudad para presentar esta obra que interpela a cada visitante. 

«Libros antiguos, iconografías y un misterio que entendemos todos». La muestra surgió a partir de su experiencia con una residencia en Rio Gallegos, donde realizó su primera instalación de grandes proporciones. Inicialmente se trataba de una habitación de papel, completamente cerrada. Pero se encontró con que el aire movía todas las hojas, generando una inmersión total en la cual parecía que el cuarto respiraba. Así termino llamándose “El pulmón”.

Después de esa experiencia, decidió hacer otra instalación ahondando en el concepto de la sacralización del objeto-libro. “Todas las casas tienen libros que nadie nunca leyó y están atesorados, pero es en realidad un cementerio” mientras plantea que lo estático, en particular con estos objetos, es una idea que heredamos y que necesita ser resignificada.

Así inicio la escritura de diferentes textos donde se reiteraba la noción de templo, de ahí surge  “Todos los templos el templo”. La idea arremete al cuento de Cortázar “Todos los fuegos el fuego”, basándose en la premisa de que quien ha visto un templo los ha visto todos.

Cosi considera que muchas veces la esencia de estos espacios no se aloja en la arquitectura o el objeto de culto, sino en la presencia de las personas. Observa que hay una idea de templo muy ligada a la religión, pero que también existen los domésticos. Con esto en mente imaginó hacer algo que mostrara la idea de lo grande, lo arquitectónicamente pesado. Buscaba crear un espacio que pareciera que va a estar ahí para siempre, siendo eterno; pero que en realidad fuera un mero montaje material, y lo que le da la cualidad de santuario es algo liviano como la espiritualidad.

“Empecé a pensar que iba a ser algo que visualmente sea pesado, por eso la cantidad de papel que va en el techo, en las paredes, en columnas, va a haber algunas cosas en el suelo. Pero al mismo tiempo tenes la realidad de que algo súper efímero, súper frágil, super liviano que incluso el aire puede mover y que va a estar un mes para luego desaparecer. Mi idea es generar un templo en donde no esté claro a que se rinde homenaje o devoción, pero que  en el fondo pareciera que si lo sepas. La sensación de la creación de un misterio, pero un misterio que entendemos todos. Del que todos podemos formar parte con solo estar ahí», explicó. 

Esta particular e innovadora propuesta invita a dejarse llevar por lo inmaterial, la incertidumbre y las contradicciones que aparecen cuando se se sumerge en la atmosfera del templo.