Hoy, en nuestro país, se celebra el Día del Animal, una fecha especial dedicada a honrar y agasajar a nuestras amadas mascotas. Para muchos, es una ocasión perfecta para brindarles un día lleno de juegos, paseos y su comida favorita. Pero esta jornada también nos invita a reflexionar sobre un grave problema que afecta a miles de animales en todo el mundo: el tráfico ilegal.

El Día del Animal nació en Argentina en 1927 en conmemoración al fallecimiento del Dr. Ignacio Lucas Albarracín, presidente de la Sociedad Protectora de Animales. Albarracín fue un defensor incansable de los derechos de los animales y uno de los impulsores de la primera Ley Nacional de Protección de Animales en nuestro país. Su legado sigue vigente hoy en día, con la Ley 14.346 de ‘Protección de los animales’ incluida en el Código Penal.

Argentina, además, se destaca por tener la mayor cantidad de mascotas por habitante en América Latina. Según el último relevamiento, el 78% de los argentinos tiene una mascota, siendo los perros la mayoría con aproximadamente 9 millones, seguidos de los gatos con 3 millones. Esto nos convierte en líderes de la región, superando a países como Chile, México, Brasil y Colombia en la proporción de mascotas por habitante.

Sin embargo, en este Día del Animal, queremos poner en relieve un problema grave que existe en nuestro país y en el mundo entero: el tráfico ilegal de animales. Esta triste realidad involucra a especies como tortugas, loros, tucanes, flamencos y monos, que son víctimas de un negocio millonario que mueve alrededor de 180 mil millones de pesos al año.

 

El tráfico ilegal de animales es una forma de explotación que pone en peligro la vida y bienestar de miles de especies en todo el mundo. Tan solo en Argentina, se estima que estas prácticas ilegales afectan a un gran número de animales vulnerables. Es por eso que en este Día del Animal, al celebrar a nuestras mascotas, también es fundamental concientizar sobre esta problemática y unir fuerzas para luchar en su contra.

Proteger a nuestros animales y garantizar su bienestar es una responsabilidad que compartimos como sociedad. Cada uno de nosotros tiene un rol importante en esta tarea, desde adoptar mascotas en lugar de contribuir con el tráfico ilegal, hasta denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con el maltrato animal.