Más de cuatro horas tuvieron que trabajar cuatro dotaciones de los Bomberos Voluntarios de Roca para contener el incendio que se produjo en una vivienda del barrio de las 210, próximo al acceso al Aeropuerto. Y si en otras oportunidades fueron recibidos a piedrazos, en esta ocasión los vecinos colaboraron y les acercaron agua para hidratarse.

Y otro gesto que resaltaron los Voluntarios: dos enfermeros, Graciela Fernández y Víctor Bustos, estuvieron con el personal controlando en todo momento sus signos vitales.

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Recién cerca de las 10 de la noche lograron apagar el siniestro, que se produjo en la calle 447, muy cerca de la intersección con 99, apenas a cuatro cuadras de la rotonda con la ruta 6.

Las llamas comenzaron a propagarse a las seis de la tarde de ayer, en una casa particular de dos plantas. Cuando los equipos llegaron al lugar, el siniestro ya había avanzado por gran parte del lugar.

El primer objetivo fue contener el incendio y que no se expandiera a las viviendas linderas. Ese objetivo se alcanzó, pero no se pudo evitar que las llamas consumieran gran parte del lugar donde se originó.

Por fortuna, no hubo que lamentar víctimas, pero las pérdidas fueron muy grandes.

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Cuatro unidades y diez bomberos trabajaron arduamente para extinguir el siniestro. El cuerpo destacó la “la solidaridad y colaboración de los vecinos, quienes muy gentilmente nos acercaban agua para hidratar a todo nuestro personal, y si bien no fue necesaria la presencia de una ambulancia en el lugar, dos vecinos desinteresadamente se acercaron a colaborar y controlar signos vitales de nuestro personal”.

Un ejemplo para destacar de los enfermeros Víctor Bustos y Graciela Fernández.