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Editorial: Balances a un año del primer caso local

El covid-19 afectó oficialmente a 6.632 vecinos roquenses hasta el sábado pasado, cuando se cumplió un año desde que se impuso la cuarentena.

Los que no pudieron recuperarse fueron 118, conformando una tasa de letalidad del 1,8%, que está debajo del 2,36% provincial.

Mañana se cumplirá un año desde que se confirmó el primer contagio en la ciudad y los números oficiales -aunque todavía poco convincentes- alcanzan para dimensionar la magnitud del absurdo escrache que se intentó en aquellos días de marzo, cuando muchos exigían conocer el nombre de “la persona que trajo el virus a Roca”.

Actualmente no hay ciudad en todo Río Negro que no haya contabilizado casos positivos y aquella hoguera virtual que varios ayudaron a encender fue una muestra del peligroso ánimo persecutorio que habitualmente invade las redes sociales.

El poder político tampoco aportó mucho a la sensatez que requería el momento.

Además del halo de sospechas generado por las estadísticas (algo que persiste, porque el martes pasado Roca quedó apenas con 4 casos activos), pasó bastante tiempo hasta que se asumió que en la pandemia perdían todos y que no había margen para replicar las históricas disputas entre el municipio y la Provincia.

La solución ideal era un esfuerzo compartido. Pero desde la parte final del 2020 lo que se ve es un municipio involucrado sólo en las cuestiones inherentes a su responsabilidad, sin avanzar ni un paso sobre terrenos que no son propios. Y a partir de ese “trabajo a reglamento”, se desarticuló el comité interinstitucional que se formó a principios del año pasado, que fijaba pautas generales para el funcionamiento de la ciudad en el contexto de crisis sanitaria.

Nadie quiere que así sea, pero una segunda ola de contagios parece inminente y aparecerá ahí una nueva oportunidad para demostrar que la articulación entre intendenta y gobernadora va más allá de fotos e inauguraciones.

Por lo pronto, el gobierno local se concentra en el Balance 2020, que debe ser presentado antes del 31 de marzo.

Los números del municipio tambalearon el año pasado.

Desde el gabinete anticipan que el resultado será igualmente superavitario, aunque admiten también que si no hay ayuda externa, hay riesgo real de que este año sea el último con los números en verde.

Dentro de ese terreno, la intendenta Soria sigue tomando distancia del camino hostil hacia cualquier opositor que trazó su hermano hasta el 2019.

La semana pasada acompañó a la gobernadora a la Rural y el viernes firmó un convenio con el intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, para colaborar mutuamente en la difusión de las fiestas de la Manzana y del Chocolate.

El jefe comunal cordillerano había venido a Roca en el 2017 con el mismo objetivo y el entonces intendente se enojó porque no le pidieron permiso para instalar un trailer.

De ahí surgió el famoso “¡No te calentés, chabón!” de Gennuso, que todavía suena como efecto humorístico en las radios barilochenses.

Tres años después, la más chica de los Soria se toma las cosas con menos rigidez y cosecha acuerdos con propios y extraños.

Su hermano sigue en la senda del enojo, ahora con jueces y fiscales como blanco.

Por: Hugo Alonso [email protected]

(Gentileza lacomuna)

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