Nada será como estaba planificado antes del atentado contra Cristina Fernández de Kirchner. A nivel nacional, provincial y municipal, la política entró violentamente a un nuevo escenario, todavía sin la claridad necesaria para redefinir estrategias.

Entre todo lo que se llevó por delante, el grave ataque a la vicepresidenta canceló las expectativas por agregarle condimentos electorales a los festejos por el aniversario de Roca.

La intendenta, María Emilia Soria, venía con envión proselitista, en una semana que la mostró presentando un presupuesto municipal superior a los 10 mil millones de pesos y que la tuvo como estandarte de la estrategia de su sector partidario para recuperar el control del Partido Justicialista en la provincia.    

Soria incluso jugó el jueves por la mañana -en los actos protocolares por el cumpleaños de la ciudad- con esos rumores que la ubican como candidata a gobernadora del peronismo.

Cuando le preguntaron en rueda de prensa sobre esa posibilidad, no salió de su boca ningún rechazo inmediato. Y con esa respuesta, dio crédito a las especulaciones que hacen quienes creen que su proyección provincial es el mejor negocio posible para la supervivencia y reconstrucción del poder del sorismo a nivel provincial.

Si se dejaba arrebatar el sello del PJ, la jefa comunal, su hermano y su círculo directo quedarían atados únicamente al destino en los próximos comicios locales. Y una eventual derrota sería el paso previo al abismo político.

En cambio, una candidatura a la gobernación -aun conociendo las dificultades para vencer a Juntos Somos Río Negro- permitiría aumentar el número de legisladores propios desde el 2023. Y con esa estructura, el rearmado provincial tomaría otro color.

Además, nada impediría que después de esa experiencia Soria busque la reelección en la intendencia. Eso podría ser a mediados o fin del año próximo, en fecha independiente o simultánea con otros comicios. El presente y las chances del Frente de Todos de mantenerse en el poder nacional resolverán ese “enganche”.

Tortoriello en Roca

La definición que debe tomar la intendenta de Roca es parecida a la que enfrenta el diputado nacional Aníbal Tortoriello.

Juntos por el Cambio le pide que sea candidato a gobernador, para ampliar la base legislativa que hoy tiene sólo la banca del roquense Juan Martín, aunque el deseo personal del empresario nunca se alejó del regreso a la Intendencia de Cipolletti.

Pero el dilema sobre priorizar al conjunto o apostar a la carrera política personal no es lo único que conecta por estos días a Soria y a Tortoriello.

El diputado estuvo en Roca el jueves y abrazó fuerte la candidatura del empresario Gastón Soto para la intendencia.

La proyección del expresidente del Golf Club toma forma a través de la agrupación Convocatoria Cívica Rionegrina, que se nutre principalmente de vecinos independientes, pero que también tiene muy cerca a la Mesa Local del PRO.

Tortoriello avala ese proyecto, porque le evitaría en el futuro explicar una eventual alianza o acuerdo electoral con Juntos Somos Río Negro, algo que repele de manera casi instintiva.

Y eso es música para los oídos de Soria. Porque la atomización de la oposición aumenta sus chances de retener el poder local, en tiempos donde el caudal de respaldos se achicó bastante con respecto a aquellos años dorados, cuando el 70% de los roquenses creía que eran la mejor opción para gobernar la ciudad.