El papa Francisco advirtió este domingo en su mensaje de Pascua: “No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo”. Esto al evocar los conflictos en Ucrania y en Gaza.

Desde el balcón de la basílica de San Pedro, el jefe de la Iglesia Católica dio su bendición “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo) del Domingo de Resurrección. Allí pronunció un largo discurso que tradicionalmente resume todas las amenazas a las que se enfrenta la humanidad.

Afirmó que Dios “abre las puertas de la vida, esas puertas que cerramos continuamente con las guerras que proliferan en el mundo”. Ene se sentido, dirigió su pensamiento “a las víctimas de tantos conflictos que están en curso en el mundo, comenzando por los de Israel y Palestina, y en Ucrania”.

“La guerra es siempre un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme”, alertó el pontífice. Y agregó: “La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón”.

El Papa también pidió que “Cristo resucitado abra un camino de paz para las martirizadas poblaciones de esas regiones”. Además, instó a “respetar los principios del derecho internacional”. Entre sus ruegos, reclamó “un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania”. “¡Todos por todos!”, exclamó.