Nicolás Grosman, uno de los participantes más discretos de esta edición de Gran Hermano, ha mantenido un perfil bajo dentro de la casa, sin involucrarse en conflictos ni protagonizar polémicas. Esto, sin embargo, no ha afectado la afecto que le tienen sus compañeros, quienes lo consideran una persona querida y respetada.

Recientemente, el joven quedó en placa luego de violar una de las reglas del programa y quitarse el micrófono. Esta situación pone en aprietos a Bautista, el líder de la semana, quien debe decidir a quién salvar de la lista de nominados que crece constantemente en la casa.

La lista de nominados incluye a Damián, Florencia, Mauro, Darío, Catalina, Rosina, Joel, Nicolás, Martín y Paloma. Bautista tendrá la difícil tarea de elegir a uno de ellos para liberarlo de la nominación. Por ahora, los únicos que se han salvado de la nominación son Furia, Virginia, Emmanuel, Manzana y Zoe.

Fuera de las estrategias y tensiones del juego, lo que ha generado gran curiosidad es la vida de Nicolás antes de su ingreso a Gran Hermano. El participante de 21 años no ha compartido muchos detalles sobre su pasado, por lo que daremos un vistazo a algunas de sus experiencias menos conocidas.

Nicolás nació el 9 de octubre de 2002 y pasó sus primeros años viviendo en Mataderos. Sin embargo, a los doce años se mudó a Ramos Mejía, lugar en el que creció y se formó. Allí asistió al Colegio Don Bosco, donde comenzó a explorar su interés por lo cultural y artístico.

Desde joven, Nicolás demostró un claro interés por las artes y el deporte. Tomó clases de canto y guitarra, y también se involucró en disciplinas como artes marciales mixtas y entrenamiento físico. Su versatilidad y pasión se hicieron evidentes desde temprana edad.

Además de su fervor por las actividades artísticas y deportivas, Nicolás se involucró en el negocio familiar dedicado a la producción de aceitunas y aceite de oliva, un legado de sus antepasados italianos. Este rol empresarial lo hizo madurar y ser responsable desde temprana edad.

A través de un proyecto autogestivo en Instagram, Nico logró combinar su formación en marketing y su interés por la vida saludable creando una plataforma donde comparte consejos y recomendaciones con sus seguidores. Este fue el argumento principal con el que ingresó a Gran Hermano, demostrando su pasión por el fitness y la vida sana.

Si bien Nicolás continúa siendo un misterio dentro de la casa de Gran Hermano, su vida antes del reality revela a un joven talentoso, polifacético y emprendedor. Seguramente, con el paso del tiempo, conoceremos más detalles sobre su historia y entenderemos mejor su personalidad intrigante y cautivadora.