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El roquerío perfecto y simple en tiempos de las «selfies»

El roquerío perfecto y simple en tiempos de las «selfies»
El roquerío perfecto y simple en tiempos de las «selfies»:

Por Claudio Andrade

Como oculto, casi tímido y apareciendo entre la arboleda se levanta el roquerío de Virgen de los Nieves a unos 15 kilómetros del centro de Bariloche.

El rostro duro de la roca ha sido largamente usado por los fanáticos de la escalada, pero también por quienes recién se inician y prueban una alternativa al aire libre.

Hoy Bariloche luce muros de escalada puertas adentro y clubes coordinados por profesionales que recrean un ambiente muy vital. Aunque el roquerío es otra cosa. Un experiencia distinta. Más cruda sin hablar de grandes alturas.

Enfrente de la roca y junto la ruta se levanta por unos 20 metros en su punto más alto, hay un cartel que etiqueta el destino y lo define: “Palestra de Vírgen de las Nieves”. Es que ahí junto se encuentra la gruta dedicada a la Virgen María inaugurada a mediados de los 40 del siglo pasado.

En enero de 2009 un joven se cayó desde 5 metros mientras hacía escalada en el lugar. Tuvo suerte y solo sufrió golpes.

Durante distintos momentos del año se observa a cadetes de la Escuela Militar de Montaña haciendo sus primeros movimientos en la escalada. Una actividad donde convergen el deporte y las técnicas de superviviencia.

Periódicamente algún vecino pasa sus horas entregado a avanzar centímetros por ese cuerpo monumental y poroso. Resina en las manos, zapatillas bien ajustadas para ubicar en los rincones, ropa cómoda y abajo unas colchonetas protegiendo de las caídas.

Con esto basta y el entretenimiento está asegurado.

“Queda a 15 km. del centro de Bariloche. A unos 2 kms. hacia el sur este de la Escuela Militar de Montaña existe una roquerío natural que se usa como palestra de entrenamiento y enseñanza de técnicas de escalada. Sus rutas han sido equipadas con clavos, argollas, cuerdas fijas y presas artificiales tendientes a lograr un sitio de instrucción para el escalamiento técnico. Cuenta con unas 20 vías de ascenso-descenso. A metros de la roca se encuentra la gruta de la Virgen de las Nieves”, lo define sin calor ni color el Centro Andino de Buenos Aires. En el mismo sitio advierten que “te podes encontrar con alambres, con vigas de metal clavadas en la piedra o el suelo”.

Sin embargo, el marco del paisaje y el color y las formas mismas de la roca son realmente bellos.

Junto a las rocas se extiende un pequeño espacio abierto donde las familias juegan a la pelota los fines de semanas.

En un planeta donde el glamour y el modo “cool” predominan en el gusto por los destinos, la Palestra de Virgen de las Nieves aparece como una oportunidad desvestida de vanidad. Simple.

Por supuesto alguien dejó su huella en aerosol, pero no invalida su perfección.

La roca ofrece hasta 20 vías de subida, pero las más utilizadas son unas tres. Con cuerda o a solo con pies y manos.

Por un costado inicia un camino que lleva a la parte superior. Son dos tenues rutas, en verdad. Una que se mete en el bosque nativo y otra que pasa justo por el borde de la roca junto al vacío.

El breve esfuerzo vale la pena. Desde arriba el paisaje es simplemente glorioso, pero la subida tiene también lo suyo. La sensación de ir por un camino secreto hacia rincones de cuento.

Gentileza anr

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