Usted esta aquí
Inicio > Rio Negro >

El videoclub que resiste el paso del tiempo

El videoclub que resiste el paso del tiempo

Todas las semanas Osvaldo Díaz abre su videoclub sobre la calle Tucumán, en Roca, donde aún atesora estanterías con videocassettes.
Ingresar a la tienda es como viajar a la década de los 90’ cuando cientos de familias llenaban el lugar los fines de semana buscando películas para ver en casa.

El videoclub resiste a las nuevas plataformas y aunque el público ha disminuido, quedan ahora coleccionistas que buscan esos títulos en VHS para disfrutarlos.
Croma Video Club funciona desde 1986. El primer local estaba en la esquina de Tucumán y Keneddy y era un salón más pequeño. En 1992 se trasladaron a la actual tienda también sobre Tucumán pero entre Keneddy y Misiones.

“Primero empezamos con varias cosas y después fuimos anexando los videocassettes. Ya había dos casas más. Éramos los tres videoclubs pioneros que empezaron la actividad en Roca”, recordó Osvaldo.
La época dorada, fue entre los años 1990 al 1999, porque era la novedad. “Salían muchas películas, no era como ahora porque no había tantos canales de televisión, no estaban las redes, la gente se juntaba en familia y alquilaba tres, cuatro y cinco películas. También alquilaban las videocaseteras porque comprarlas era muy caro”, contó emocionado.

Además de los VHS se ofrecían para alquilar las videocaseteras. Foto Juan Thomes

Al videoclub iban muchos vecinos de los barrios y chacras de Roca. El fin de semana se llevaban la videocasetera con 10 películas. “Esa fue una época dorada, abríamos y estábamos todo el día con gente hasta la 1 de la mañana. Éramos 5 personas trabajando a full”, detalló.
Hasta hace un par de años Osvaldo abría todos los días de la semana.

“El lunes era la jornada más difícil porque entraba toda la marea de películas del fin de semana, había que rebobinarlas. La mayoría no las rebobinaba, era un poco agotador pero muy redituable”, destacó.
El sábado era el día que más se alquilaban videocassettes, el lunes devolvían y también se llevaban un poco.

Estaba todo organizado por categoría, desde acción, suspenso, comedias, drama, románticas, infantiles, iba la familia completa con los chicos.
Osvaldo detalló que todos los días entraban películas nuevas, en ese tiempo el costo del videocasete, el original era carísimo pero al tener demanda se compensaba.
Había promociones, llevando 10 películas se ofrecían dos o tres sin cargo y el abono era más barato.

Como tiene lugar en el salón todavía cuenta con unas 15 estanterías de videocassettes. Foto Juan Thomes

Pero el trabajo no era solo ofrecer los títulos. También tenía que ver las películas porque “la gente te pedía consejos, referencias”, contó.
“Los clientes venían todos los días o días por medio, vos ya conocías el gusto de la gente. No le podías dar una película mala, les decía ‘esta está más o menos buena, esta regular”’, recordó.
Títulos como los de Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y la Locademia de Policía eran los más pedidos.

Osvaldo señaló también que los VHS de la sección adultos eran muy alquilables ya que todavía en esos años no había llegado el internet. Sin embargo no se podía tener en un lugar visible porque las cajas eran explícitas. “Teníamos un lugar que era más discreto y pasaban ahí. Era para mayores de 18 años. La mayoría eran adultos de más de 40 años”, contó.

En 2002 empezó a bajar la demanda de VHS con la llegada de los canales de películas. En esos años apareció el DVD que fue una gran novedad pero no fue tanto como el videocassette. La transición fue lenta y los cinéfilos se tuvieron que adaptar. Para el 2006 “empezó a dejar de salir el VHS, ya no había tantos estrenos y se tuvo que pasar al reproductor de DVD”, explicó.
Actualmente siguen entrando títulos nuevos en este último formato.

En sus estanterías quedan esas péliculas que fueron furor en los 90’. Foto Juan Thomes

Cuando se percató que disminuían los clientes de películas, comenzó a anexar insumos electrónicos. Actualmente se venden y alquilan DVDs pero en menor cantidad. Además sigue con la venta de videojuegos que también fueron furor en la década de los 90’.

“El videoclub está, ha bajado el público pero aún quedan coleccionistas que compran VHS”, contó.
Como tiene lugar en el salón todavía cuenta con unas 15 estanterías de videocassettes. En sus mejores años llegó a tener hasta 5.000.
“Hay mucha gente que los compra para coleccionar con ciertos actores, títulos clásicos. No se alquilan, se venden a quien le quedó la videocasetera porque muchos no tienen el reproductor”, comentó.
Vienen pequeños grupos de Allen, Neuquén y Cipolletti, con el fin de ver o coleccionar.

Actualmente quedan muy pocos videoclubs en el país. “Estoy inscripto en el registro nacional. En su momento éramos 5.000 y hoy no se pasa de los 30”, contó.
Sin embargo su tienda se mantiene firme con la misma fachada que la caracterizó en 1990.
“Hoy vienen los adolescentes de esa época con sus hijos, ‘el lugar no cambió’ me dicen. Les trae recuerdos. Son cosas lindas”, expresó emocionado.

(Gentileza lacomuna)

Ir arriba