En la Cámara de Diputados de la Nación comenzó el análisis para la reformulación de la ley de Alquileres, un tema que genera mucha zozobra e intranquilidad entre los inquilinos y los propietarios. Son muchas las voces que cuestionan los lineamientos de la normativa actual, que se aprobó hace dos años, porque terminó generando consecuencias opuestas a las buscadas. En General Roca, por ejemplo, un 20 % de las propiedades salieron del mercado por la incertidumbre de sus dueños.

Horacio Esteva, de la inmobiliaria Catoira – García, sostuvo que lo más conveniente sería “una convocatoria amplia a las distintas partes para aprobar una ley equilibrada”. Una ley que además pueda someterse a la experiencia y modificarse cuando así la realidad lo demande, según el sentir de muchos martilleros públicos.

En el caso de la región, Esteva comentó que al principio parecía que la legislación aprobada en 2020 iba a ser la más criteriosa pero después llegó la actualización anual y se sintió un fuerte cimbronazo. “Antes, el propietario y el inquilino pactaban actualizaciones semestrales; eso daba mayor certidumbre a las partes. En un contexto inflacionario como el que estamos, llegan actualización del 50 % y claro, los salarios no aumentaron en consecuencia”, reflexionó.

 

Hasta hace una década, por lo menos, se utilizaba una fórmula muy sencilla para calcular el valor del alquiler de una vivienda: debía fijarse en el 1 % del valor de la propiedad. Un cálculo que cayó en desuso por la diferente evolución de salarios e inmuebles. “Un departamento que hoy puede estar tasado en 35.000 dólares, tendría que pagar un alquiler de 350 dólares… y eso en el contexto actual es poco viable, puntualizó.

El contexto inflacionario, la pandemia y la desconfianza en ciertos sectores del mercado, determinaron también una caída en las ventas de las propiedades. Hay viviendas y locales comerciales que están siendo ofertados hace dos o tres años que no consiguen compradores. Pero la mayoría prefiere mantenerlos desocupados y a la expectativa que atarse a un contrato de alquiler.

Al ser consultado sobre la caída de la oferta de viviendas en locación, Esteva precisó que en su caso personal “el porcentaje fue mínimo” pero que analizando lo ocurrido en la ciudad alcanzaba un promedio del 20 %. “Situación que igual fue mejor que lo que pasó en la ciudad de Buenos Aires, donde el porcentaje fue mucho mayor”, apuntó.

En cambio, un aspecto positivo de la ley fue la inclusión de la notificación electrónica, que hace mucho más ágil las comunicaciones entre las partes. “Antes el locador o la garantía podían cambiar de domicilio sin más y no se los podía ubicar. Hoy se declara una dirección de correo electrónico y ya se da por notificado”, comentó.

Y un tema a incluir – según la opinión de los agentes inmobiliarios -, sería la clarificación del proceso de desalojo en caso de incumplimiento. A pesar de que la ley actual apunta a realizar un trámite expeditivo, la realidad demuestra un proceso muy engorroso, aseguró Esteva.

“Nuestra tarea es la mediación y la búsqueda de consensos. Siempre tratamos de acercar posiciones entre lo que piensan los propietarios, que son personas que han hecho un ahorro e invirtieron en un departamento para tener una renta, y los inquilinos que necesitan un lugar donde vivir. Escuchar y buscar soluciones”, puntualizó.