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En Roca cierra la tradicional joyería Alier, después de casi 60 años

Cuando habla de Alier, a Eduardo Hernández se le «enciende» el rostro. Y más ahora, cuando ya tomó la decisión junto a su familia de cerrar las puertas de su comercio y emigrar a Buenos Aires, donde residen sus hijas y nietos.

Es que esta tradicional joyería, ubicada en pleno centro de Roca, forma parte del ADN no sólo de la familia Hernández sino también de la ciudad que, en 1961, vio a don Omar José Hernández (su papá) colgar en una de las paredes de su primer local comercial, ubicado en calle Belgrano al 400, el diploma de «Técnico Relojero-Cronometrista» que le otorgó La Escuela Universal de Relojería.

Con el entusiasmo de siempre y tras acogerse a un retiro voluntario como empleado ferroviario, Omar comenzó esta tarea, primero con un socio y luego con su esposa, Virginia Tagliani. Por aquel entonces todo era mecánico por lo que su labor fue rápidamente reconocida y con el tiempo fue ganando la confianza de muchos vecinos no sólo de Roca sino también del Alto Valle y Valle Medio.

En la década del ’60 llegó la explosión económica de la fruticultura y Alier (síntesis del nombre Alicia -la hermana de Eduardo- y Hernández a la cual le sacaron la letra h) comenzó a crecer en servicios, en calidad y obviamente en clientes. Durante dos décadas, Alicia también fue una columna de la joyería que comenzaba a ganar prestigio en toda la región.

Años después, y con su título de geólogo en la mano, Eduardo Hernández decidió regresar a Roca y junto a su esposa y actual socia, María Teresa Basualdo, tomaron las riendas de la firma y le dieron un valor agregado que ya resulta una marca registrada.

Muchos vecinos todavía recuerdan a Omar en su taller.

Con nostalgia, recordó que durante estas seis décadas pasaron muchas cosas; desde asaltos, robos, crisis económicas y hasta una pandemia, aunque ninguna de estas situaciones lograron mellar el entusiasmo por la actividad que llevaron adelante durante este tiempo.

«Hay cuestiones que tienen que ver con los ciclos de la vida. A esta altura ya siento cansancio...llevo casi 40 años en esto y además tengo otras prioridades que son mis hijas Natalia y Clarisa, y mis nietos Ringo y Rita, que viven en otra ciudad. Vamos a cerrar a fin de mes», dijo Eduardo quien además de su rol de comerciante también participó activamente de la vida social y política de la ciudad. En 1995 fue candidato a intendente por el Frente Grande.

Si bien reconoció que el año pasado fue «muy difícil» aseguró que con el paso de los meses la situación se fue encausando y volviendo a los carriles normales. «Desde octubre del año pasado que venimos recuperando los niveles de venta. El negocio está saludable, no estamos endeudados y nos estamos manejando muy bien», explicó.

Después de estar varias décadas al frente de Alier, Eduardo Hernández anunció el cierre de la reconocida firma. (foto: Juan Thomes)

«Esta actividad tiene que ver con la belleza, la ilusión y la estética, y la gente lo necesita. El mes de marzo que para nosotros siempre fue difícil, ha sido muy bueno», dijo Hernández quien recordó que en noviembre, la firma cumpliría los 60 años.

Para Eduardo ha sido largo el camino«Imaginate que acá pasaron los abuelos, los padres, los hijos y los nietosNos han traído relojes para reparar con la misma cajita que nosotros usábamos hace 40 años atrás«, detalló todavía emocionado al recodar a sus clientes.

Para la familia Hernández se cierra una etapa pero seguramente el recuerdo de don Omar, de su esposa Virginia y de sus hijos, seguirá latente en la memoria de los roquenses.

(Gentileza lacomuna)

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