Héctor Omar “Peto” Etchegaray, condenado a 13 años y seis meses por un crimen ocurrido en barrio Nuevo, estaba prófugo desde el 2 de marzo, cuando rompió la tobillera electrónica con la que controlaban sus movimientos tras ser beneficiado con prisión domiciliaria. El peligroso delincuente que estuvo sospechado por la desaparición de su esposa Marlene Graciela Robledo, sin embargo la mujer apareció sola, sana y salva. El hombre, guardaespaldas de una jefa narco de Roca, fue capturado esta mañana.

Etchegaray mató en 2009 a Horacio Mariano Sandoval, un hombre de 36 años que intentó defender a su hija de 13 del acoso de un joven de 15, hermano menor de Peto. El adolescente lo amenazó de muerte y poco después llegó con su hermano de 18. El menor sacó un arma y le apuntó, mientras que el hermano lo alentaba.

La viuda de Sandoval declaró que Peto le gritaba «¿Ese es el que se te hace el malo? ¡Tirále, no seas boludo!» La víctima murió mientras esperaba la ambulancia en su casa como consecuencia del disparo que recibió a la altura del cuello. Unos días después los hermanos fueron detenidos y el mayor fue alojado en  la ex Alcaidía de donde se escapó en 2014 hasta que fue recapturado.

Con la desaparición de Marlene, el día 8 de marzo, se activó el protocolo de Violencia de Género de la Justicia porque se temía que había sido secuestrada por su marido. Y sirvió para que la Justicia hiciera pública la fuga de Etchegaray, que había ocurrido el 2 de marzo y hasta allí nadie había comunicado nada de manera oficial.

La familia de Marlene cortó la ruta 22 en reclamo de la aparición con vida de la mujer y denunciaron que era víctima de violencia de género, pero que no se iba de la vivienda por miedo a que le suceda algo a ella o a los tres hijos que tiene con el delincuente. La aparición de ella fue muy dudosa, ya que luego de encontrar en Allen el auto en el que se movilizaba, llegó caminando sola a la sede de la Ciudad Judicial, cuatro días después de su desaparición. 

Casualmente, con Etchegaray prófugo se recrudeció la guerra de las bandas narcos de la ciudad. Peto, por su pasado violento y sin miedo a dispararle a quien haga falta, se puso bajo el ala de una conocida jefa narco que domina el barrio Alta Barda, conocida como «la Caro». En los últimos días vecinos del barrio denunciaron que los pibes estaban siendo cooptados como soldaditos «para laburar para ella» y cuando se negaban, llegaba Peto en moto y los amenazaba con dos nueve milímetros en la cintura.

La Caro, como se la conoce en el barrio, que estuvo detenida por una balacera hace algunas semanas y que luego recuperó la libertad, conduce un negocio narco importante. Ella quedó como jefa cuando asesinaron a Marcos Llanquileo en agosto de 2017, por otro grupo relacionado con la venta de drogas. Este dealer estaba en libertad mientras esperaba el avance de la causa por la que la Justicia Federal lo había detenido en la denominada «Avenida de la Droga», con varios puntos de venta, y soldaditos armados en los barrios del norte de Roca.

Casi un mes después de su fuga, la Policía de Río Negro lo encontró en Chacra Monte, en el mismo barrio rural donde había fijado domicilio al momento de beneficiarlo con la tobillera electrónica. En el procedimiento se lo pudo detener sin que alcanzara a resistirse, en la misma vivienda se encontraron las dos pistolas 9 milímetros, como las que usan las fuerzas de seguridad, que los vecinos denunciaron que tenía.