En el contexto del mes de la prevención del suicidio, es crucial comprender y concientizar sobre esta problemática que afecta a muchas personas. En una entrevista con Paola y Verónica, dos profesionales del área de Salud Mental del Hospital Francisco López Lima, de General Roca, se abordó el trabajo que realiza el equipo interdisciplinario y cómo se puede acompañar a quienes enfrentan tendencias suicidas.

Desde el Servicio de Salud Mental del hospital, explicaron: «Las situaciones de intento de suicidio se detectan en la guardia central, donde la persona es recibida por el médico y derivada al equipo interdisciplinario de salud mental». Este equipo está compuesto por psicólogos, trabajadores sociales, psiquiatras y operadores, quienes brindan atención individual y familiar tanto en guardia, internación como en el ámbito ambulatorio.

Cuando se trata de familias que han perdido a un ser querido por suicidio, Verónica aclara que, aunque no hay un programa específico para esos casos, «la atención interdisciplinaria individual no se negaría».

Las profesionales subrayan la importancia de buscar ayuda, ya sean familiares o personas cercanas a quien necesite la asistencia psicológica, “pueden acercarse al servicio de Salud Mental o a la guardia central del hospital”, indicaron. Enfatizan que no existen «enfermedades mentales», sino «padecimientos», y el intento de suicidio es solo una de las múltiples situaciones que aborda el servicio.

Además, sostuvieron que «Es fundamental brindar escucha activa, apoyo emocional sin prejuicios y no desestimar nunca las ideas de muerte de una persona ni su posible planificación”. Ignorar estas señales, con frases como «déjate de joder, “tenés todo para ser feliz» o «sos joven», puede generar más daño en la persona que necesita ayuda, según explicaron. «Hablar sobre suicidio no es dar ideas, al contrario, ayuda a detectar situaciones y expresar sentimientos negativos para buscar alternativas», afirman.

«Un entorno seguro es no dejar sola a una persona con padecimientos, generar factores protectores, no estigmatizarla ni excluirla, y buscar ayuda profesional», apuntaron. Además, destacan que es vital no desestimar ninguna emoción, ya que no hay emociones buenas o malas, sino que todas deben ser gestionadas.

Sobre los factores que pueden llevar a una persona al suicidio, mencionaron que estos son múltiples: cambios de comportamiento, dolores físicos o emocionales, eventos traumáticos, desesperanza y la sensación de ser una carga para los demás son algunos de los indicios de riesgo a tener en cuenta.

“La estrategia más importante es hablar sobre el suicidio, darles importancia a las emociones y generar espacios de diálogo”, aseguraron. También subrayaron la relevancia de la «posvención», es decir, abordar el suicidio tras la pérdida de una persona, despejando dudas y culpas que puedan quedar en el entorno.

Finalmente, informaron que durante este mes se realizará una campaña de concientización en el hospital mediante cartelería en distintos espacios, desmitificando creencias erróneas sobre el suicidio y promoviendo la conversación abierta sobre el tema. «Hay que recordar siempre que las personas que intentan suicidarse no quieren morir, solo quieren dejar de sufrir», concluyeron.