Impactante desde donde se lo mire, diferentes generaciones disfrutaron cada gran fiesta del lugar y aún lo siguen haciendo. El boliche irrumpió en la vida nocturna regional en todos los aspectos, incluso desde su arquitectura, continúa siendo un epicentro de la ciudad y forma parte de su gran historia. 

Aquelarre siempre estuvo a la vanguardia, su trascendencia fue tan grande que llegó a estar entre los mejores y más destacados boliches de Sudamerica. La diferencia que lo distingue con el resto, es que pudo perdurar a través del tiempo. Hoy tendrá su fiesta de aniversario con una “Noche 80 y 90 – Modo Retro” y uno de los grandes organizadores es Orlando Mayer.

Orlando habló con un medio roquenseoca y recordó las primeras noches en el lugar acercándose a la cabina, hasta posteriormente ser uno de principales protagonistas, haciéndose cargo de las bandejas y vinilos. A través de su relato permite que quienes sean nostálgicos, puedan transportarse a aquellos momentos y anécdotas seguramente inolvidables:

«Cuando se hace el nuevo Aquelarre se fue gestando la noche a medida que iba progresando la construcción. Porque eso abría exclusivamente el sábado. Venía gente y se sacaban los andamios, se sacaba la tierra, era todo cemento, y así se iba generando la noche, la gente venía ver que había de nuevo, hasta que se inauguró».

Respecto al regreso del legendario boliche, comentó:

«Cuando se inaugura, después de varios años de construcción, se inauguró con el sistema de luces, el octógono, los brazos y varias cosas más. Era una supermegadisco, algo muy diferente a lo que fue el principio». «El primero de los boliches era más chico, más rústico, pero hermoso. Se destruyó 100%». Detalló.