Estudiantes becados que viven en las residencias de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (FaDeCS), de la Universidad del Comahue, se sienten expulsados de su lugar. Esto se debe a una resolución firmada por el decano Andrés Ponce de León, en la que indica que las viviendas deben quedar deshabitadas desde el próximo miércoles 22 de diciembre hasta el 1ero de febrero.

“Hay por lo menos cinco estudiantes que no tienen donde ir, desde Bienestar respondieron que sí o sí hay que desocuparlas con el argumento que hay que hacer arreglos” contó una estudiante residente que dialogó con un medio localoca. La joven pidió reservar su identidad por miedo a represalias.

“Lo cierto es que en enero no trabaja nadie en la facultad, la gente de mantenimiento se toma vacaciones, además otros años han dicho lo mismo y nunca arreglaron nada, hay departamentos que están hace años en pésimas condiciones” asegura la estudiante.

La situación también la hizo pública una agrupación estudiantil de la FaDeCS en sus redes sociales a través de una carta que redactaron los residentes. “En realidad, (esta medida) funciona y ha funcionado desde el año 2017 para vaciar las residencias para no ser responsables de lo que nos pueda suceder en ese periodo de receso” denuncia la nota y agrega que “el mismo reglamento de residencias universitarias habilita a los estudiantes a permanecer en los departamentos desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre”.

Algunos y algunas jóvenes presentaron una nota a las autoridades para que puedan ser exceptuados de esta medida, pero las respuestas fueron insólitas. Una de ellas es pagarles los pasajes a sus localidades, algo que no los favorece en nada ya que hay estudiantes que trabajan durante el verano en Roca y otros que “no tienen relación con su familia”.

Otra de las propuestas, en relación a lo mencionado anteriormente fue “oficiar de mediadores con las familias para que podamos ir a las casas de ellos”.

Por último, la más insólita de las propuestas fue que los estudiantes vayan a dormir a una vivienda de “Caritas Diocesana”, dependiente del Obispado del Alto Valle. “En este último caso no nos dejan ir a ver como es el lugar para saber si aceptar o no. No sabemos si podemos ir a quedarnos todo el día o si sólo es para ir a dormir, no sabemos nada. No nos quisieron dar la dirección ni el nombre de la persona que está a cargo” relata otra de las estudiantes.

“Hay compañeros que no saben qué hacer, tienen miedo que no puedan volver, que les saquen las becas, estamos a la deriva. Además, nos han maltratado por decir que no queremos renunciar a nuestra beca y que queremos quedarnos” denuncia la joven.

En la carta pública, expresan que temen por la continuidad de sus becas y en sus carreras: “No sabemos si vamos a poder volver en febrero, porque hay una resolución que, por la situación epidemiológica, no nos dejaban volver si nos íbamos a otras localidades, incluso hay estudiantes que no las dejaban volver para rendir finales presenciales”.

“Nos parece inhumano pedirnos que vaciemos los departamentos, que tengamos que gastar dinero en viajar y llevarnos todo para después volver a traerlo (…) muchos de nosotros estamos viviendo con tan solo seis mil pesos mensuales de beca en medio de una crisis económica que ha afectado a todo el mundo” finalizaron.