Los festejos por los dos mil programas de LAM se vieron empañados por una polémica declaración de Eugenia Ritó. La ex vedette acudió como invitada y aprovechó la ocasión para acusar a Ángel de Brito de censurarla y no permitirle expresarse libremente en el programa.

En una entrevista previa al evento, Eugenia Ritó manifestó su entusiasmo por participar en LAM, pero también expresó su frustración por no poder abordar ciertos temas y por sentir que se le limitaba la palabra.

«Son muchas las cosas que sé, pero Ángel me tiene miedo y no me deja contarlas, no me deja hablar», afirmó Ritó, dejando en claro su descontento con la supuesta censura impuesta por el conductor.

Ante estas acusaciones, Ángel de Brito no se mostró enojado, sino que prefirió responder con sarcasmo y humor. «A la Ritó la quiero, pero está loca», dijo de forma irónica, minimizando la gravedad de las acusaciones.

El conductor explicó que su intención no es silenciar a Ritó, sino cuidarla y evitar que se comprometa o cause problemas con sus declaraciones. «No es que no quiero que hable, lo que yo no quiero es que se embarre y se hunda sola. La quiero cuidar un poco, por eso la voy llevando», aseguró De Brito, intentando justificar su postura más cautelosa.

La polémica entre Ritó y De Brito genera dudas sobre la relación entre ambos en el programa, así como también sobre la libertad de expresión de los invitados en LAM. La censura es un tema sensible en el ámbito mediático y esta situación no hace más que sumarse a los debates sobre los límites del discurso en la televisión.

En conclusión, Eugenia Ritó denuncia sentirse censurada por Ángel de Brito en LAM, mientras que él responde con sarcasmo y asegura que solo busca protegerla. La polémica está servida y queda por determinar hasta qué punto se respetan la libertad de expresión y el debate en este reconocido programa de televisión.