La preocupación de la comunidad educativa en la Escuela 357 de barrio Nuevo después de la última balacera va en aumento y esta mañana decidieron instalarse frente al colegio hasta que no reciban respuestas «convincentes» por parte de las autoridades de los ministerios de Seguridad y Educación de la provincia. Tampoco van a enviar a sus hijos e hijas a la escuela hasta que no esté garantizada su protección.

Aún con todo el miedo que sienten, padres y madres de los estudiantes se pusieron una vez más al frente de los reclamos y exigen soluciones de fondo.

Aseguran que ni el paredón que se está construyendo en el perímetro del colegio ni las cámaras de vigilancia serán suficientes sino se detiene a las personas que efectúan los disparos y que mantienen en vilo a todo el barrio.

«Acá no es solo lo que pasa en el colegio, aunque nos de miedo por los nenes y nenas. Pasa en todo el barrio, a la vuelta de la esquina, en cualquier calle, hay tiros todo el día» dijo una vecina en diálogo con este medio en la puerta de la escuela.

Al igual que ella, el papá de un nene que asiste el colegio indicó «necesitamos más presencia policial pero real, no dos policías en cada esquina de la escuela. El enojo no es con ellos, están haciendo su trabajo» y agregó «queremos más policías, que terminen la subcomisaría nueva y que las autoridades vengan a hablar con nosotros, entre ayer (martes) y hoy no vino nadie».

También las quejas van dirigidas a la Justicia:

«Necesitamos que no orden liberar a los que cometen los delitos y que si atrapan a narcos no los larguen», coincidieron algunas mujeres.

Las familias se instalaron en la puerta del colegio en las primeras horas de este miércoles con pancartas en las que exigen justicia. Cerca de las 11 llegaron además representantes del gremio UNTER y de la CTA, a manifestar su solidaridad con toda la comunidad de la escuela y los vecinos.