La chef Gabriela Martinez vive en Roca desde hace más de 20 años y es una de las creadoras de la Feria itinerante “Semilla”. Gracias a su constante mezcla de innovación y tradición supo adueñarse de la manzana como el ingrediente secreto para recuperar las memorias del pasado.

Asada, deshidratada, con almíbares o recién sacada de la planta, su dulzura impregnó el paladar de generaciones de vallenatos y dejó una huella marcada en el acervo personal y colectivo. Si recordar es pasar por el corazón, la manzana sin dudas se desvía del camino hacia una parada obligada por la boca para remontar con añoranza épocas lejanas.

“¡Ay! Esto lo comía cuando era chico, mi abuela lo hacía”, frases de este estilo se repiten como un eco común entre los comensales de Gabriela. Una simple manzana asada, junto con nueces y crema es capaz de reactivar las más sentidas emociones que yacen ocultas.

“Como cocinera tengo ese propósito de no olvidar los grandes productos que tenemos, ponerlos en valor y seguir insistiendo para que las nuevas generaciones sigan degustándolas”, comentó. Su misión avanza a paso firme ante cada nuevo plato para revalorizar lo mejor de esta tierra.

Desde el momento en que se radicó en la región, Gabriela se caracterizó por brindar propuestas gastronómicas que entremezclan la innovación y la tradición. Particularmente, supo adueñarse de la producción local, tanto de manzanas como de peras, para ofrecer platos de calidad y reversiones de viejos clásicos.

Su trayectoria en la cocina la avala. Junto con su familia en los ‘90 incursionó con un food truck en Carolina del Sur en los Estados Unidos, luego se radicó en Buenos Aires donde se formó en el Instituto Gato Dumas. Pero fue la bonanza y las promesas de la próspera Norpatagonia lo que la enamoró.

Radicada en la ciudad experimentó con bares y restaurantes propios. De la mano de su esposo que se desempeña como productor frutícola, se focalizó en productos de estación, siendo la temporada de cosecha uno de los momentos más anhelados por la chef. “A la manzana la introduzco siempre que puedo, igual que la pera. Ya sea en forma de puré, postres, en una especie de mayonesa o produciendo sidra artesanal”, añadió.

Nutrir la creatividad se impuso como una necesidad para muchos trabajos, pero es sustancial para poder domar la cocina. Los menús de Gabriela se fueron aggiornando con los años, pero sobre todo a partir del contacto con fabricantes de alimentos de la región. Muchos de ellos especializados en usar materia prima típica.

Fue por medio de una invitación de la gobernación a participar de la Feria Internacional de Turismo en capital la que llevó a Martínez a idear “Semilla”. La propuesta no solo se ganó un lugar en los paladares de los vecinos sino que también sirvió como espacio de conexión e intercambio de ideas con emprendedores gastronómicos.

Hoy Semilla lleva más de 30 ediciones desde su fundación en 2015 -a la espera de una próxima a realizarse en marzo en Fernández Oro-, y nuclea a cerca de 60 familias dedicadas al mundo gourmet. “La feria es esa vidriera para que el productor se pueda mostrar, un puente para contar lo que se produce en la Patagonia”, finalizó.

Gracias al vínculo surgido con los productores artesanales, muchos de los comestibles son utilizados por la cocinera en un céntrico café de la ciudad en donde hoy trabaja. Siendo los chips, la sidra, el jugo natural o los fideos en base a manzana, pilares fundamentales de su carta.

Ingredientes:
– manzanas (c/n)
– azúcar (unas cucharadas)
– manteca
– hojas verdes de tres variedades diferentes (c/n)
– nueces (c/n)
– queso azul (c/n)
– chips de manzana (1 paquete)

Cortar las manzanas en cubos, escoger las que se encuentran en un estadío anterior a la maduración. Colocarlas en una sartén con manteca y saltear durante unos minutos junto con el azúcar. Dejar enfriar.
Cortar las hojas, se prefiere que difieran de variedades para potenciar sabores. En este caso se utilizó rúcula, repollo y lechuga mantecosa.

Servir en un plato junto con las manzanas caramelizadas, agregar las nueces, unos trozos de queso azul y por último los chips de manzana. Puede servirse como plato principal o complemento para carnes asadas, como una bondiola de cerdo o cordero.