La operación de alta complejidad tuvo lugar el 26 de junio en el servicio de Cirugía Pediátrica. Ciro, quien padecía Atresia de Esófago, una malformación congénita del tubo digestivo superior que impide el paso adecuado de los alimentos desde la boca hasta el estómago, fue intervenido durante seis horas en el quirófano. Además, se descubrió que su esófago estaba incorrectamente unido a la tráquea, lo que se conoce como Fístula Traqueo-Esofágica distal.
 
En una primera cirugía, los médicos constataron que no era posible unir los extremos del esófago, por lo que se le practicó una gastrostomía para garantizar su alimentación mientras esperaban a que los extremos se aproximaran a medida que el bebé creciera.
 
El equipo médico siguió de cerca la evolución del paciente en espera de un cambio. Sin embargo, la distancia entre los extremos del esófago seguía siendo significativa.
 
Finalmente, el 26 de junio, se llevó a cabo una tercera y definitiva intervención médica en la vida de Ciro. «La cirugía, que duró 6 horas y fue asistida por todo el equipo de anestesiología y quirófano, fue exitosa y permitió la unión de los extremos esofágicos.

Después de la operación, Ciro continuó su recuperación en la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica durante una semana, donde los médicos, enfermeros y personal técnico demostraron su dedicación y profesionalismo en esos momentos cruciales para su recuperación», expresaron.
 
El comunicado se acompaña de una fotografía del primer cumpleaños que el paciente tuvo que celebrar en el hospital a la espera del alta médica.