Desde su ingreso a la casa de Gran Hermano, Furia ha dejado en claro su creencia en lo esotérico. A lo largo del juego, la participante ha realizado varios «gualichos» con el objetivo de fortalecerse en la competencia y perjudicar a sus enemigos. Si bien ha generado polémica entre sus compañeros de casa, la estrategia ha rendido frutos.

Uno de los gualichos más comentados fue el realizado contra Coty Romero, a quien Furia veía como una amenaza en el juego. La participante confesó haber realizado un ritual y confió en que las energías harían su trabajo para sacar del juego a Coty. Sorpresivamente, la estrategia tuvo éxito y Coty abandonó la competencia días después.

Sin embargo, la salida de Coty no trajo paz a Furia. La participante confesó sentirse agobiada y percibir una presencia amenazante dentro de la casa. Fue entonces cuando decidió deshacerse de su último gualicho y poner fin a la limpieza energética.

Utilizando elementos de cocina, Furia generó el repudio de algunos compañeros. Sin embargo, ella no se detuvo y llevó a cabo su ritual frente a todos. Con vinagre en mano, realizó tres cruces en la cama que había pertenecido a Coty, buscando «desatanizar» la habitación de las mujeres y dar inicio a la limpieza de la casa.

Aunque sus métodos han levantado críticas, Furia continúa defendiendo su creencia en lo esotérico y utiliza este recurso como una estrategia más en el juego de Gran Hermano. Mientras algunos la ven como una amenaza, otros se preguntan hasta dónde puede llevarla su fe en los gualichos.

En una competencia donde todo vale, Furia está dispuesta a utilizar todos los recursos a su alcance para llegar a la final. ¿Se alzará como la ganadora gracias a sus gualichos o su suerte esotérica será su perdición? El destino de Furia en Gran Hermano aún es incierto, pero lo que es seguro es que sus rituales han dejado una marca en el juego.