“No saben el peso, la responsabilidad y el dolor que tengo”. El 3 de enero de 2012, Alberto Weretilneck juró como mandatario provincial ante una Legislatura consternada que homenajeó a Soria, quien estuvo 22 días al frente de la Provincia. 

“Me tocó asumir en el momento más duro, tal vez el más difícil de la vida institucional rionegrina”, repasa Weretilneck a una década de su llegada a la gobernación.

“Con el Gringo habíamos pensado y soñado el futuro de la provincia. Teníamos una relación de mucha confianza, muy franca. Además del dolor de la pérdida de un gran compañero, estaba la crisis que se desataba. La responsabilidad institucional. Yo no estaba preparado para ser gobernador, con el Gringo habíamos acordado que me iba a encargar de áreas específicas como Energía, Educación y Seguridad”, relata el hoy senador nacional.

Weretilneck reflexiona: “Inmediatamente se presentaron dos enormes desafíos, primero, porque yo venía de una experiencia municipalista de 8 años en Cipolletti. Y segundo, era que no tenía conocimiento profundo de la provincia y su geografía. Tuvimos que superar la ausencia del Gringo y afrontar el desafío de asumir la Provincia”.

“En lo familiar, visto a la distancia, también fue muy difícil. Porque llegamos a Viedma con la responsabilidad de presidir la Legislatura y terminamos en Casa de Gobierno. De la noche a la mañana, tuvimos que hacernos cargo de semejante responsabilidad. No sólo había que asumir la provincia, que venía de 28 años de radicalismo y afrontar la transición de un sistema político a otro. Fue un aprendizaje muy rápido, tuvimos muchas dificultades”, repasa.

 

 

03/01/2012: Día uno después de Soria

Carlos Soria estuvo en el poder durante poco más de tres semanas. Falleció en las primeras horas del 1° de enero de 2012, y tal como lo establece la Constitución Provincial en su artículo 180, inciso 2, el vicegobernador debía completar el período del gobernador fallecido hasta el 10 de diciembre de 2015.

El entonces legislador Pedro Pesatti le tomó juramento a Weretilneck y luego la Legislatura consagró a Carlos Peralta como vicegobernador (Ese mismo año, Peralta fue diagnosticado de cáncer en las amígdalas y luchó contra esa enfermedad durante casi dos años. En abril de 2014 falleció y fue reemplazado por Pesatti, quien completó el mandato hasta diciembre 2015).

El martes 3 de enero de 2012 llegaron a Viedma el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manuel Abal Medina y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. En la ciudad estaba Miguel Ángel Pichetto, presidente del bloque de senadores del Frente para la Victoria, que había pasado Fin de Año en el balneario El Cóndor. 

Los emisarios nacionales aterrizaron por la mañana en el aeropuerto Gobernador Castello y se dirigieron a Casa de Gobierno, donde mantuvieron un encuentro con Weretilneck. Por la tarde, a las 18, concurrieron a la Legislatura. 

La sesión comenzó con homenajes a Soria y contó con la presencia de sus hijos Martín, que llevaba tres semanas como intendente de General Roca, y Carlitos.

 

 

Weretilneck juró “por la memoria y el proyecto del ex gobernador Carlos Soria”, la Constitución Nacional y la de Río Negro.

“Cuando construimos este proyecto con Carlos no hubo actas firmadas. No hubo documentos. No hubo acuerdos programáticos. Era tan fuerte la relación personal y tan fuerte la confianza que esa era la relación. Él era el conductor, y yo su ayudante… Y hoy me encuentro aquí, siendo yo el conductor, pero sé que él es mi ayudante”, dijo Weretilneck frente a los legisladores.

En su discurso, Weretilneck ratificó los proyectos de Soria, pero poco tiempo después dio marcha atrás con la polémica Ley de Disponibilidad y no quiso avanzar con la ley de explotación minera.

Como vice y segundo en la sucesión provincial fue encumbrado Peralta, mano derecha y un incondicional de Soria que dirigía el bloque oficialista en la Legislatura. Así, Pesatti pasó a presidir el bloque justicialista.