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«Hola ma, soy yo tu hijo»: Quisieron engañar a una jubilada roquense para que les entregue dinero

Las estafas telefónicas son un mal de cada día. Carmen es una jubilada de nuestra ciudad a quien le tocó vivir en carne propia el miedo e impotencia luego de sufrir un intento de estafa que, por suerte, pudo evitar. 

El hecho ocurrió el miércoles a la mañana, mientras ella estaba en su casa y recibió un llamado telefónico fijo que no esperaba. 

«Atendí normal, como siempre, y del otro lado un hombre joven me dijo «Hola ma, ¿cómo estás?» y me pareció raro porque mi hijo nunca me llama al fijo. Le pregunté quién hablaba y me dijo de nuevo «Soy yo ma, tu hijo. Me escuchas raro por el barbijo, ¿cómo estás? ¿Qué estás haciendo?«. 

Según relató Carmen, si bien no lo creyó en ningún momento, eligió seguir la conversación. Le dijo que estaba por cocinar, tomando mates con su papá y el delincuente creyó haberla convencido. 

«Me dijo que necesitaba plata, que tenía que devolverle a un amigo y que si podía dárselo. «¿Te acordás que te conté de mi compañero de laburo, bueno, ¿vos me pasas la plata para dársela, y yo después cuando cobre te la mando? Una cosa así me dijo». 

Si bien la muer pudo mantener la calma ante la situación, reconoció que cuando escuchó que el sujeto le pedía dinero no pudo contenerse. «Le dije ¿Ah sí? ¿Sos mi hijo? Y ¿por qué me llamas por acá? Ahí escuche que hablaba con alguien y me cortaron«, recordó.  

La conversación duro pocos minutos porque afortunadamente Carmen pudo darse cuenta de inmediato y no creer en las palabras del desconocido. «No les creí porque mis hijos me dicen todo el tiempo que no crea, que ellos no me van a llamar de la nada. Incluso siempre me dicen que saque el fijo, que cualquiera puede llamarme y saber mi nombre pero no se, a mi me gusta tenerlo esto te puede pasar en el celular también», explicó. 

«Mirá que estas cosas las hablamos siempre, que le paso a uno a otro. Yo me pude mantener tranquila y no dude pero colgué el teléfono y me temblaban las piernas. Es una situación muy fea. Te hablan con tanta seguridad y confianza que si estas medio distraído capaz te la crees. Pero así y todo te dejan nerviosa. Enseguida llamé a mis hijos por el celular para contarles», agregó Carmen. 

Lamentablemente estos hechos delictivos son cada vez más frecuentes y la única forma de prevenirlos es estar atentos y no brindar información personal de ningún tipo.  (un medio local)

Gentileza anr

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