Cuando comenzó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, la etapa más dura de la pandemia, los argentinos empezamos a tomarnos la situación con alguna dosis de humor. A veces fue un humor negro casi trágico; otras, llegaba con deseos ocultos. La más común fue que al terminar la pandemia iba a haber más nacimientos. Que ya que no había otra cosa para hacer, la población se iba a multiplicar. El ánimo después iría cambiando a medida que se prolongaba la etapa de encierro, pero aquella creencia inicial perduró.

Muchas familias aceptaron que sus hijas abandonaran el hogar y decidieran formar pareja en esos meses. Con resignación o con reconocimiento, pero el pedido más o menos repetido de aquellos padres y madres era: “ya que están, háganme abuela/o”. La mirada de aquellas hija podría traducirse como: “ni lo pienses”…

Lo concreto es que las especulaciones decían una cosa, pero la realidad indica otra. Por ejemplo: la tasa de nacimientos en todo Río Negro siguió bajando al mismo ritmo del último lustro. En 2020, en toda la provincia se registraron 8.354 nacidos vivos. Una década antes, en 2010, esa cantidad había llegado a 12.415, un descenso del 33 %. Aunque la tasa de natalidad tendrá una caída mayor: en 10 años la población creció un 15,33 %. Los rionegrinos pasamos de sumar un total de 648.277 a los 747.610 de 2020.

Por eso la cantidad de nacimientos cada 1.000 habitantes bajó mucho más: de 19,2 en 2010 a 11,2 en 2020.

¿Esto fue producto de la pandemia?

El director general del Registro Civil de la provincia, Lucas Villagra, advirtió que se trata de una tendencia que viene desde tiempo atrás. Las nuevas generaciones han decidido ejercer su maternidad / paternidad más tarde y con menos hijos. “Según los números de las delegaciones de General Roca, en 2020 hubo 1.541 nacidos en la localidad; en 2021 subió levemente a 1.590. Pero la tendencia es la disminución anual”, explicó.

Hay un trabajo muy interesante que realizó la Dirección Provincial de Estadísticas (se puede consultar en la web estadisticaycensos.rionegro.gov.ar), en el que analizan diversas variables sociales y demográficas. Allí, por ejemplo, se evidencia la prolongación de la etapa gestacional. En 2020, hubo una mayor cantidad de recién nacidos con mamás de entre 20 y 29 años (4.050 niños); pero también hubo muchas mamás que lo decidieron entre los 30 y los 39 (2.945). También se registraron casos de mamás de entre 40 y 44 años (345) y de hasta 49 años (20).

También descendió la cantidad de hijos por madre: mientras en 2001 una mamá tenía en promedio 2,6 hijos; en 2020 tenía 1,4. Siempre hablando de promedios, claro. Un indicador que sirve para medir un cambio cultural muy profundo en la sociedad argentina.

El casamiento, ¿una institución obsoleta?

A veces, los números – siempre tan fríos -, nos pueden llevar al error si no analizamos el contexto. Por ejemplo, de la simple observación de los datos estadísticos, vemos que en 2020 los matrimonios registrados en los Registros Civiles cayeron estrepitosamente. Fueron 991 en toda la provincia, contra los 2.229 de 2019. Ah, claro: en 2020 casi todas las oficinas públicas estuvieron cerradas durante un semestre, entre el 20 de marzo y septiembre. Y después, trabajaron con algunas restricciones. La pandemia apenas si daba una tregua temporal.  Pero en 2018 había sido de 2.409… algo superior al del último año sin pandemia. La gente se casa, si… pero un poco menos.

Bariloche fue la ciudad más casamentera en 2019: con 450 bodas. Le siguió Cipolletti (365); General Roca (338); Viedma (221); Villa Regina (122) y Cinco Saltos (106).