En un operativo llevado a cabo por el Puesto de Control Fijo «Cuay Grande», dependiente del Escuadrón 57 «Santo Tomé», se detuvo la marcha de un ómnibus proveniente de Bernardo de Irigoyen con destino a San Justo. Sin embargo, lo que inicialmente parecía una inspección de rutina, se convirtió en una sorpresa descomunal cuando los gendarmes descubrieron que el equipaje de uno de los pasajeros contenía animales vivos.

Dentro de dos valijas, los funcionarios encontraron un total de 90 serpientes, 236 arañas de distintas especies y un ciempiés. Esta hallazgo dejó perplejos a los gendarmes, quienes inmediatamente lograron identificar al pasajero responsable de transportar este carga no autorizada.

La Fiscalía Ambiental y Rural de Santo Tomé, en colaboración con la oficina de Flora y Fauna, ordenó la detención del hombre y el secuestro de los animales. Además, se tomó la decisión de entregarlos a la dirección de Fauna de la provincia para su adecuado cuidado y protección.

El transporte y comercialización de especies exóticas sin el cumplimiento de los protocolos establecidos es un delito que atenta contra la fauna y la conservación del medio ambiente. Es por ello que las autoridades ambientales y rurales actúan de manera contundente ante estas situaciones, con el objetivo de preservar nuestras especies autóctonas y garantizar su supervivencia.

 

Este episodio no solo pone en evidencia la necesidad de fortalecer los controles en las rutas y fronteras, sino que también nos hace reflexionar sobre la conciencia y responsabilidad que todos debemos tener hacia el cuidado de nuestro entorno natural. Las acciones individuales, como la compra y transporte de animales exóticos, pueden tener graves consecuencias para la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas.