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La cálida historia de amor que rodea a la Abuela Tina

La desaparición de Tina, una abuela de 82 años que padece el mal de Alzheimer, provocó mucha ansiedad y angustia entre sus familiares. Durante las siete horas en que no se supo de su paradero, una gran cantidad de amigos, famiiares y personal de seguridad estuvieron buscándola infructuosamente. Pero la historia tuvo un final feliz: la encontró la perrita rastreadora Delta, una pastor belga de la división Canes de la policía rionegrina.

 

Quien no pudo salir por una cuestión de resguardo, fue su esposo, el compañero de tantos años y padre de los tres hijos en común. Con sus 84 años, se tuvo que quedar en la casa, al cuidado de amigas de la familia y atento al teléfono.

 

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Cerca de las 0.30 del lunes pudo respirar aliviado. Fue cuando lo llamó su hija Cristina para avisarle que habían encontrado a Tina. La mujer tiene 82 años y una enfermedad más que avanzada. Ya no reconoce ni al esposo ni a los hijos; casi no habla; apenas balbucea; y está muy frágil. “Si se cae, no se puede levantar”, comentó Cristina, una de las hijas.

 

 

Tina necesita de la ayuda de toda la familia: para bañarse, para levantarse, para las comidas. Usa pañales. Y todos los días, va pasar algunas horas al geriátrico Mi segunda niñez, ubicado sobre la ruta 22, entre el acceso Mastrocola y Julio Salto. “Ella se queda allí, atendida por el personal, y después pasamos a buscarla para llevarla a casa. Nosotros no somos enfermeros; no estudiamos para tratar personas mayores, que tienen sus necesidades. Pero en casa la atendemos lo mejor que podemos”, puntualizó.

 

Tina es Ernestina Valenzuela y salió del Hogar por una puerta lateral que había quedado abierta por una confusión interna. No caminó muy lejos: llegó hasta un pino de medianas dimensiones, a la verda de la calle Salto. Pero a ella no la alcanzaron a divisar. “Pasé varias veces por el frente y no la ví. Tampoco mis hermanos o el resto de los voluntarios que estaban colaborando”, puntualizó Cristina.

 

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Al final, la perrita Delta consiguió ubicar el rastro y marcó el rumbo que había tomado la mujer. Después llegaron los bomberos con una manta térmica; y la ambulancia que la llevó hasta el hospital para hacerle los esudios. Por fortuna no presentó ninguna lesión física.

 

Ella va a volver al Hogar; se trató de un error que le puede pasar a cualquier. Pero como todas las tardes, la pasamos a buscar para que esté en la casa con mi papá y mis hermanos”, sostuvo.

 

 


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