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La cosecha de la pera, demorada por cuestiones de tamaño Incertidumbre y temor de los productores por la falta de precio

La cosecha de la pera, demorada por cuestiones de tamaño Incertidumbre y temor de los productores por la falta de precio:

Las heladas tardías de octubre y el granizo de diciembre provocaron graves pérdidas en la producción frutícola del Alto Valle. La evaluación realizada por las cámaras de productores, los empresarios exportadores y la secretaría de Fruticultura provincial, menciona una pérdida de entre el 30 y el 45 % de la producción. Pero la situación puede ser peor: falta determinar la disminución de calidad de la fruta que quedó en el monte.

Daniel Pérez, presidente de la Cámara de Productores de General Roca, dio detalles sobre la incertidumbre con que se está manejando el sector por la falta de precios. “No hay referencias todavía; no hay nadie que esté comprando ni haciendo propuestas concretas. Lo único que se dice es que el precio internacional va a ser bueno, pero no sabemos cuán bueno”, explicó.

“La temporada está llegando complicada y la expectativa de cosecha no es la mejor, claro”, explicó. Es que al haber menos fruta en los montes, habrá una “temporada corta” de una o dos pasadas de recolección, en el mejor de los casos. Mientras tanto, el sello de cosecha para la pera William estaba para el domingo 9 pero la mayoría de los productores prefirió esperar unos días más. “Calculo que va a arrancar el 12 entre los que pudieron hacer un poco de defensa y van a buscar una primicia. Pero el tamaño en general todavía no es bueno y por eso se está esperando”, apuntó Pérez.

Pero son pocos los que podrán hacerlo: la defensa activa contra las heladas es el riego por aspersión; para el granizo, las mallas antigranizo. Pero demandan una inversión que no muchos pueden afrontar. En el caso de los productores roquenses, solo el 6 % cuenta con ambos sistemas.

Las heladas del 6 y 7 de octubre causaron un duro impacto en la economía regional, con resultados que todavía habrá que determinar. Por un lado, la fruta que ya se cayó: entre el 30 y 45 % según el sector. Por otro, cómo afectó a la que quedó en el árbol y eso comenzará a verse a medida que avance la cosecha.

A primera vista “hay mucho daño arriba; la fruta sufrió el maltrato y los galpones van a querer una pera y manzana de calidad”, precisó Pérez. Es que producto de las bajas temperaturas, a la pera se le forma un anillo de color más oscuro alrededor. En la manzana también se advierten manchas. Y eso es motivo suficiente para no poder entrar en los mercados internacionales.

El problema para el productor primario, el no integrado, es que deberá enfrentar los mismos costos fijos con una cosecha mucho menor y con la incertidumbre del precio final. No sólo porque ninguno de los galpones realizó alguna oferta, sino porque todavía no cerró la última paritaria con los gremios de la cosecha. Aunque se estima que rondará el mismo valor en que cerró para la poda y el raleo: 35 %.

Para los productores, el costo de producción tendrá que ser similar al del año pasado, cuando se estableció en 23 centavos de dólares el kilo. Y a partir de allí, empezarán a sacar cuentas.

 

“Encima nos impusieron un bono de 20.000 pesos para los trabajadores permanentes. Y no es una cuestión de merecimientos, sino de poder hacerlo. Ese bono nos complica mucho, especialmente a los que están en una situación de desastre con pérdidas casi totales”, sostuvo el dirigente frutícola.

Gentileza anr

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