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La joven que murió en Allen estuvo buscando una empresa de transportes que la llevara

La joven que murió en Allen estuvo buscando una empresa de transportes que la llevara:

Esta semana un siniestro vial volvió a poner en agenda las complicaciones del tránsito sobre la ruta 22, una vía ya colapsada en su capacidad desde hace décadas, y al riesgo al que se exponen los miles de personas que deben transitarla cotidianamente. El martes, una adolescente que viajaba en un Toyota Ethios, murió luego de chocar contra un camión de transporte de animales a la altura del acceso principal de Allen.

Bárbara Pero Bellido vivía en Cipolletti y se dirigía a estudiar en la facultad de Lenguas de General Roca. El siniestro reavivó la polémica sobre las condiciones de seguridad de una ruta que desde hace más de una década está en obra de ampliación en una parte, y con la estructura de la década del ‘60 en otra. Por otra parte, se supo que Bárbara había estado consultando en las redes sociales sobre la existencia de alguna empresa de transporte que hiciera el servicio. Conocía el riesgo; no alcanzó a evitarlo.

Este rubro todavía no reanudó su actividad en la zona porque hasta el momento no tenía certezas sobre la continuidad de las cursadas presenciales, según revelaron fuentes del sector. Hasta 2019, entre 10 y 15 combis se desplazaban cotidianamente desde el núcleo Neuquén – Cipolletti hasta las unidades académicas ubicadas en Roca: las facultades de Derecho y Lenguas, de la UNCo; las carreras artísticas del IUPA y las que se dictan en la de Río Negro. Esto implica una movilización de entre 200 y 250 alumnos diariamente.

Pero la pandemia golpeó muy fuerte sobre la actividad. El cierre de la actividad académica provocó que las empresas retiraran las unidades del servicio, con todo lo que eso implica: dejar de pagar seguros, habilitaciones, impuestos y la Verificación Técnica. Las empresas de transporte sobrevivieron porque hubo actividades como la petrolera y la energética, fundamentalmente, que fueron declaradas esenciales y mantuvieron la actividad.

En lo académico, la vuelta a la normalidad tampoco estaba tan clara a comienzos de año y recién para abril estarán las grillas de cursadas en forma completa. El servicio de las combis universitarias este es un servicio que funciona bajo la modalidad “punto a punto”: no pueden levantar pasajeros en el camino, por lo cual su lógica comercial es diferente a la del transporte urbano convencional.

Y los costos son altos. Robert Matus, empresario del sector, explicó que un juego de cubiertas completo (6 unidades), tiene un costo de 300.000 pesos. Y debe cambiar dos juegos al año. A eso se agregan los pequeños arreglos de mantenimiento en los diferentes componentes mecánicos. De allí que nadie se arriesgue a comenzar el servicio sin asegurarse un mínimo de estudiantes a transportar. Una primera estimación indica que un servicio Neuquén – General Roca – Neuquén estará en los 16.000 pesos mensuales.

El estado de la ruta es otro de los motivos que encarece el costo: hay momentos y tramos en que se debe circular a paso de hombre, con lo que un vehículo no alcanza a cubrir la distancia en un tiempo determinado. Entonces, se debe poner en marcha otra unidad.

 

Gentileza anr

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